El
17 de mayo se celebra el día internacional contra la Homofobia, la
Transfobia y la Bifobia, para conmemorar la eliminación de la homosexualidad de
la lista de enfermedades mentales por parte de la Organización Mundial de la
Salud, lo que tuvo lugar el 17 de mayo de 1990. Sus objetivos son denunciar la
discriminación de que son objeto las personas homosexuales, bisexuales y
transexuales y hacer avanzar sus derechos en todo el mundo.
Desde pequeños nos enseñan
a respetar los derechos de los demás y a hacernos entender que tenemos unos
valores morales que dicen que debemos ser libres y respetar a las
personas que están a nuestro alrededor. Pero… ¿realmente es esto lo que ha
ocurrido siempre? ¿somos los miembros de la generación actual, liberales y tolerantes?
Antiguamente, la
homosexualidad era definida como enfermedad y se llegaba, incluso, a matar a
las personas con esa orientación sexual o a meterlas en psiquiátricos. Vemos
esa realidad muy lejana pero, actualmente, todavía existen 71 países (como
Jamaica, Egipto, Indonesia…) que
criminalizan las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo e incluso
hasta 13 (como Nigeria, Yemen, Irán…) que podrían llegar a castigarla con la
pena de muerte. Sin embargo, hay otros muchos países que legalizan la
homosexualidad e incluso la unión entre personas del mismo sexo. Pero… ¿se
respeta realmente a estas personas en esos países? Sin irnos a países muy
lejanos, analicemos el nuestro; en 2018, Madrid registró en su informe anual
345 incidentes de odio/agresiones homófobas (casi una al día) perpetradas en la
región, desde simples insultos hasta palizas. Este desprecio y odio a las
personas LGTBI puede encontrarse en todo tipo de sitios; insultos,malas caras o
malos gestos realizados tanto a compañeros de instituto, que pertenecen al
colectivo, como a personas desconocidas que nos cruzamos en la calle, que
también pertenecen, y que lo único que hacen es quererse y disfrutar.
Por todo esto y más, este
día 17 de mayo es tan importante. Agrupándonos y uniéndonos todos y todas damos voz a
aquellos y aquellos que no pudieron hacerlo, a los que ahora no pueden y se esconden y a quienes en un futuro nos agradecerán haber luchado por un sociedad libre, llena de
amor, sin prejuicios y, sobre todo, tolerante.
Ana Ramírez Rodríguez, 1º Bachillerato
D.