El miércoles pasado vino un mago al instituto. Se llama Paco Peréz Valencia y tiene un currículo que no cabe aquí. Además, prefiero presentarlo como aparece en la web de un proyecto ilusionante, la Universidad Emocional:
"Contador de historias, enamorado de las cosas,
del viento que despeina, de los pájaros azules y –dice- del ruido de los
coches. Siente que la vida es un regalo y que puede cambiar el mundo,
esa parte del mundo que no le gusta, que cree injusta o sencillamente
fea. Sabe que hay mucho talento para acompañarse en este sueño y La Universidad Emocional es
una forma de hacerlo posible. Eligió ser feliz y se entrena
constantemente para ello. Todos le recuerdan cada día que su misión es
difícil, pero eso es lo que quiere hacer y no tiene escarmiento, por lo
que puede que termine consiguiendo lo que desea."
No sabría resumir todo lo que hizo, dijo y consiguió en ese encuentro que me niego a llamar conferencia. Bueno, para empezar consiguió lo que parece imposible: tener a un grupo de alumnos, los de 2º de Bachillerato de Arte, tres horas y media encandilados. No sé si los hipnotizó o empleó algún truco secreto, pero estos estudiantes no querían irse...
Yo no tuve la suerte de poder compartir tanto tiempo con ellos, pero a mí me enamoró (metafóricamente...), me enganchó con cada palabra, cada idea, cada gesto, cada sentimiento mostrado y me convenció de que todos, como él, podemos cambiar el mundo.
"El éxito es querer salir cada mañana"; "Soy feliz porque me entreno"; "Si trabajamos con la brillantez, todo resplandece"; "Este mundo necesita más niños, más "locos", más enamorados"; "Las personas son la escala natural de nuestras vidas"... Estas,
entre muchas otras, son algunas de las ideas que nos regaló. Porque él
no habla; él se mete dentro de las personas y las transforma.
Eso
es lo que yo sentí los días posteriores a aquel encuentro: que todo
brillaba más, que lo feo no era tan feo y que cada instante escondía un
núcleo emocionante que me podía hacer volar por encima de los problemas
cotidianos. En estos tiempos oscuros, lo que Merlín hizo con nosotros es pura magia.
Si
lees esto, Paco, quiero darte de nuevo las gracias y decirte que parece
que te conozco desde siempre. Hacen falta muchas personas como tú.
Necesitamos que tu magia se transmita porque, estoy segura, como tú, de
que podemos cambiar el mundo.