22 de noviembre de 2015

El cuidado de nuestros mayores: otra historia sexista


A veces siento vergüenza ajena. Me sitúo como una mera observadora de la sociedad y me doy cuenta de que quedan demasiadas cosas por hacer y muy poca intención por gran parte de la población de llevar a cabo el cambio, empezando por la erradicación de la pobreza hasta llegar, entre otros,  al tema que me corresponde, el machismo, concretamente al machismo existente hoy día en el ámbito del cuidado de nuestros mayores.

 Nos encontramos en una sociedad machista y desigual. Es un hecho, no un debate, aunque efectivamente hemos avanzado, ¡faltaba menos! A lo largo de mi vida (por muy corta que sea), he encontrado a muchas personas que defienden con total seguridad la erradicación del machismo, y yo, muy a mi pesar de que esto siga sucediendo, me dispongo a refutar esta afirmación.

 Al acercarse la vejez, las personas, por muy buenas y bondadosas que hayan sido en su vida, imagino que por un instinto de supervivencia, piensan únicamente en ellas mismas por encima de todo lo ajeno, sin caer en la cuenta de que de esta forma lastiman a sus familiares más allegados. Pero ¡cuidado!, porque los ancianos no son los únicos egoístas en estas situaciones. Hoy en día, esas cargas de cuidados familiares están mayoritariamente en manos de las mujeres, siendo ellas las víctimas, por tanto, de una sociedad totalmente machista. No debemos irnos demasiado lejos para darnos cuenta; puede que en nuestra propia casa ocurra y todos lo ignoren, o simplemente quieran ignorarlo. 

En el ámbito laboral, por ejemplo, las mujeres normalmente rechazan los puestos de trabajo más elevados debido a sus responsabilidades familiares, y los hombres, por el contrario, ni siquiera tienen en cuenta esta situación y actúan sin que eso les suponga el menor problema. Lo peor de todo es que siguen existiendo casos donde no se ve como algo perjuicial para la mujer. Y si dicha mujer se ve necesitada y pide ayuda; reivindica sus derechos; pretende establecer los puntos y bases en dicha familia y luchar por lo que considera justo, para optar así a tener un mínimo de vida propia, a disfrutar y cuidar de sí misma, es considerada una pésima persona que realmente no se preocupa de sus familiares enfermos y solo tiene en cuenta su bienestar. 

 Debemos tomar conciencia de esta situación y halagar a estas cuidadoras, darles una mayor importancia y valorar su  maravilloso y gran trabajo, sabiendo que a veces deben realizar tareas muy poco agradables (no entremos en detalle...) y a pesar de todo siguen manteniéndose listas en cuanto son solicitadas, con una franca y amplia sonrisa. Este esfuerzo queda oculto, y no es valorado lo más mínimo. Por ello yo quiero dar las gracias a todas estas mujeres que sacrifican su propia vida entregándola en un acto tan bello y generoso como es este. Y gritar a esta sociedad que el cuidado de nuestros mayores es tarea de todos, hombres y mujeres.

Fátima Fernández Vázquez, colaboradora del grupo Aequitas25

12 comentarios:

  1. Fátima esta es una buenísima entrada y me viene como anillo al dedo para comentar un poco la situación familiar que hoy me toca ver.

    Mi abuelo falleció el verano pasado y mi abuela, enferma de Alzheimer, se ha quedado viuda y sus tres hijos varones están al cargo de ella. Es curioso porque en este caso no tuvo ninguna hija que hoy día se ocupe de ella. Tras la muerte de mi abuelo, mi padre y mis tíos se han tenido que encargar del cuidado de mi abuela por turnos puesto que no sabían como arreglárselas muy bien. Todos sabemos que de pequeños, según el sexo que seas, se nos cría de una manera u otra. Podemos observar que a las niñas se les da el papel de la ama de casa, la que se tiene que ocupar de que todo en la familia esté en orden y la que se tiene que preocupar por el cuidado de los suyos, mientras que el papel del hombre es el de trabajar y tener esa actitud indolente ante las cosas que ocurran en el seno familiar. Bien es cierto, que hoy día las cosas han cambiado mucho, pero en el caso de que una familia tuviese varias hijas todas ellas hembras o varios hijos todos ellos varones, intentaban inculcarle esos valores de protección y cuidado a los más pequeños de la casa.

    Como venía diciendo, en mi familia por este problema acaecido el principal responsable de que todo vaya en marcha y bien es el hijo pequeño de mi abuela, mi padre. Pero, sin embargo, él no puede llevarlo todo para adelante y recurre a mi madre y a mis tías: he aquí un claro ejemplo de que al final recurrimos a las mujeres y que así seguirá siendo. La solución más fácil para ellos al final, ha sido buscar a una chica que se encargue de los cuidados de mi abuela, que por cierto también es casi ciega, lo que incrementa la dificultad de todo. Y han recurrido a una chica, no ha un chico; porque claro, los hombres no somos capaces de realizar este tipo de oficios... No nos han enseñado a ello.

    Asimismo, yo me incluyo en este grupo de personas. Yo soy otros de esos chicos que ha sido criado para trabajar, para aprender, para ir de fuerte por la vida y para dar a entender que aquí el que maneja el “cotarro” es el hombre. Aún así, mis años de estudiante y la influencia de las personas que hay a mi alrededor han hecho que mi vida vaya en otra dirección y que en cierto modo mi forma de actuar haya cambiado completamente. Sin embargo, no vería capaz de afrontar este tipo de situaciones, el cuidar a mi madre no lo llevaría tan bien quizás como mi hermano el pequeño que se preocupa más por todo y está más preparado para ello por el hecho de ser el menor. En el caso de que tuviese una hermana pequeña o mayor, da igual, sería sin duda la que en estos casos extremos fuese la cuidadora de mis padres en un futuro porque así nos enseña la sociedad, así es capaz la mano negra de la sociedad de manejarlo todo.

    Óscar García Portero 1º A

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  2. En mi opinión esta entrada refleja muy bien la sociedad de hoy en día. Pienso que muchísimas mujeres sacrifican sus vidas laborales y personales para realizar la tarea de cuidar tanto de las personas mayores como de los niños.
    Un ejemplo de esta sociedad machista se vivió en casa de mi madre y yo no me había dado cuenta de esto hasta ahora. Mi madre es la menor de once hermanos, siete mujeres y cuatro hombres. Cuando mi abuela murió todavía vivían en casa de mi madre siete hermanos que poco a poco fueron haciendo sus vidas por separado. Pero un día mi abuelo enfermó gravemente y ya en aquella época mi abuelo vivía solo en su casa. Por culpa de esta enfermedad los hermanos tuvieron que empezar a organizarse para cuidar de su padre. De esta tarea se separaron los cuatro hermanos varones y se quedaron tan solo las siete mujeres. Sin embargo al cabo de los años las hermanas pensaron que esta situación era injusta y machista, ya que todas tenían sus vidas propias, por lo que decidieron incluir a los hombres en los turnos.
    Otro ejemplo es el caso de la familia de mi padre. Mi padre tiene dos hermanos varones. Entre los tres cuidan de mi abuela que está impedida. Especialmente lo hace su hijo menor que es el que todavía vive con ella. Sin embargo él también tiene que trabajar y hacer su vida laboral, al igual que sus otros dos hermanos, `por lo que recurren a contratar a una mujer que es la que ayuda a su madre durante las mañana y realiza las tareas del hogar.
    Con estos dos ejemplos lo que yo quiero explicar es que hoy en día la sociedad sigue siendo bastante machista, ya que casi siempre (en la mayoría de los casos) se recurre a la mujer para cuidar de personas mayores y realizar tareas del hogar. Esto debería cambiar de inmediato porque tanto hombre como mujeres estamos perfectamente capacitados para cuidar de nuestros seres queridos.
    Juan Márquez Baena 1º Bto. A

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  3. Personalmente estoy de acuerdo con la idea expuesta: es verdad que las mujeres se encargan más a la hora de cuidar a niños o mayores, pero yo quiero insistir en que el cambio esta en proceso pues muchos hombres están ya comenzando a tener un papel de mayor protagonismo en los cuidados de otras personas y en la asunción de responsabilidades familiares.

    Como ejemplo, en esta sociedad cada vez hay más familias divorciadas y de estas cada vez son más las que tienen custodias compartidas, en las cuales los hombres, al igual que las mujeres, se encargan de la crianza y cuidado de sus hijos, ¿no habéis observado, acaso, que hay muchos hombres llevando y recogiendo a sus hijos del colegio, paseando, comprando y en general haciendo quehaceres diarios con ellos?

    Hablando de este tema en mi casa, ha surgido la observación de que cuando mis padres eran pequeños era raro ver a un padre llevando a su hijo al colegio, lo "normal" era que lo llevara la madre. Además en mi caso, en mi familia, los hijos tenemos una serie de responsabilidades, tanto mi hermana como yo. Algunas de mis tareas tienen que ver con el cuidado de nuestros animales y otras son de limpieza de la casa. A esto se añade que, cuando es necesario, yo soy el que se encarga de la cocina, ámbito cada vez más abordado por el hombre... y a mi entender, cocinar es cuidar.

    Es cierto que aún queda camino por recorrer y que debemos intentar que la mujer se libere de algunas responsabilidades, las cuales en el ámbito familiar deberan ser acordadas previamente entre ambos miembros de la pareja, y a un nivel más amplio, por la sociedad. Aunque, por encima de eso, es importante resaltar que el cambio en realidad, para que se dé, debe empezar en uno mismo.

    Tomás Ryan Delgado 1º Bto. A

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  4. Nuestros abuelos y nuestras abuelas han dedicado la mayor parte de su tiempo desde que nacimos a nosotros. Nos han mimado, nos han ayudado en todo lo que han podido, nos han arropado cuando más lo necesitábamos y sobre todo, nos han dado los mejores de sus consejos para hacernos mejores personas y para hacernos ver cosas desde una manera que ellos pueden presenciar debido a sus años de vida y que nosotros, por falta de experiencia, no podemos contemplar. Pero ahora, una vez que somos mayores y podemos tomar decisiones por nuestra cuenta sin la necesidad de pedir ayuda a los demás, somos nosotros lo que debemos devolverle todo el cariño que nos han dado durante nuestra infancia. Y este cariño se devuelve cuidándolos como ellos nos han cuidado a nosotros, estando a su lado cuando sea necesario...Ahora bien, no comparto la idea de que los cuidadores o las personas que se encargan de cuidar a los ancianos sean mujeres, ya que los hombres y las mujeres y los hombres pueden hacer las mismas tareas y el mismo trabajo. Además, en el caso de que la persona que tengas que cuidar sea familiar o cercano a ti, apoyo aún más la idea de que no importa si sea hombre o mujer, pues si un hijo tiene que cuidar de su madre o de su padre, que ya tienen una cierta edad, opino que debe hacerlo, independientemente de si le gusta o no le gusta. Porque está claro que no es agradable ni a todo el mundo le gusta cuidar y dedicar mucho tiempo al cuidado de una persona mayor, pero lo mismo que puede hacerlo una mujer, también puede hacerlo un hombre, y más se trata de una persona cercana a ti, como pueden ser tus abuelos o tus padres.

    En mi opinión, pienso que los ancianos que viven la etapa final de su vida en una residencia, se sienten algo apartados o descontentos con sus propios familiares porque, aunque ellos hagan migas con el resto de ancianos y se diviertan, pienso que preferirían pasar los últimos años de vida con aquellas personas que más quieren. Cierto es que en muchas ocasiones, se toma la decisión de integrar a nuestros abuelos o ancianos en los centros para mayores por diferentes causas que no posibilitan la opción de seguir viviendo a su lado. Pero aquellas personas que dejan de lado a los abuelos, deberían reflexionar y pensar las cosas dos veces, porque puede que esa persona mayor que estemos apartando de nuestra vida sea la misma que la (la vida) ha dado por y para nosotros, puede que esa persona que estemos apartando sea la misma que nos ha hecho crecer en un ambiente sano, la misma que nos ha mantenido cuando dependíamos de los demás, la misma que nos ha mostrado la mejor de sus caras con el único fin de hacernos feliz... A esas personas les digo que tengan un poco de memoria y recuerden todo lo ocurrido en el pasado, que vean y se den cuenta de todo lo que han hecho por nosotros. Creo que esas personas no son conscientes del daño que les causan (ya sea a sus abuelos, sus padres ya ancianos...) y no es justo devolverle todo el amor y todo el cariño que nos han ofrecido siempre de esta manera. Pienso que lo justo sería que, a aquellas personas que lo dieron todo por nosotros y que han luchado e intentado hacer de nosotros mejores personas deberíamos de cuidarlas y de ofrecer el mayor de nuestros servicios con el único de fin de hacerles sentir queridos y de agradecérselo (no hay mejor manera de agradecérselo que haciéndoles feliz y haciéndoles ver que no están solos) para que vivan la última etapa de su vida de manera digna, como se merecen.

    Alberto Reina Madueño, 1º Bach A

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  5. Cuando un ser humano nace es incapaz de mantenerse. Sus padres han de hacerse cargo de todas y cada una de sus necesidades, y esto por un periodo de tiempo bastante largo. No es como los animales, que tras un corto periodo se encuentran capacitados para realizar su vida de forma autónoma. Igual que en el nacimiento ocurre en la vejez. Las personas mayores empiezan a depender de sus hijos cada vez para mas aspectos cotidianos y en muchos casos se convierten en grandes dependientes. Es el ciclo de la vida.
    Yo apenas conocí a mis abuelos, por lo que no puedo hablar de experiencias propias, era muy pequeño cuando fallecieron. Pero puedo hablar de cómo se viven en mi familia los problemas que van surgiendo. En casa somos tres hermanos varones, mi padre y mi madre, y si bien es verdad que mi madre es la coordinadora de todo, también lo es que nos han apoyado siempre los dos, nos han llevado a colegio, a consultas médicas, a actividades extraescolares, nos han escuchado y nos han reñido ambos.
    Hemos aprendido que las responsabilidades del hogar, de los hijos y de los padres es de todos los que formamos parte de la familia, indistintamente de ser hombre o mujer. Un padre debe cuidar a su hijo igual que una madre, y un hijo debe atender a sus padres igual que una hija.

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  6. En mi familia ya hace un tiempo que mi bisabuela por parte de padre murió y hasta ese momento mi abuela y sus hermanas la estuvieron cuidando. Desde mi punto de vista eso lo hacían por amor a su madre enferma con demencia senil que no querían dejar al cuidado de cualquier otra persona. No creo que en este caso se deba hablar de machismo solo por el hecho de que sean tres mujeres las que estén cuidando a su madre, pues conociendo la situación familiar de mi familia paterna, de la cual se poco pero lo suficiente como para saber que se tomo la decisión correcta al dejarla al cargo de mi abuela y sus hermanas. Lo que quiero decir con esto es que cuando un familiar, ya sea hombre o mujer se hace cargo de sus mayores, no lo hace desde mi punto de vista por educación previa sino por amor a la otra persona. De hecho yo mismo siendo el hermano mayor y siendo hombre, cuando mi padre saca el tema de meterle en una residencia yo mismo le niego y le digo que yo los cuidaré a él y a mi madre y no porque me lo hayan inculcado, sino porque los quiero incondicionalmente.

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  7. Estoy totalmente de acuerdo con este tema,pero creo que en un futuro muy próximo esta situación va a cambiar.La sociedad en la que vivimos es cada vez menos machista y esto se va ir viendo en lo que respecta en el cuidado de nuestros mayores.Actualmente el cuidado de las personas mayores lo está realizando una generación anterior a la nuestra.Por ejemplo,en el caso de mis abuelos,tanto mi madre y mis tías han sido las encargadas de cuidar a mis abuelos cuando lo han necesitado. Entonces,¿qué pasará en un futuro? Hoy en día,la educación que recibimos nos está haciendo ser iguales en lo que respecta a las tareas domesticas, por lo que creo,que en el cuidado de los mayores se llevara a cabo al 50% entre mujeres y hombres.

    Fernando Jesús Pérez Martín 4ºA

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  8. Que vivimos en una sociedad machista está claro, y es así debido a que los papeles que han asumido hombres y mujeres durante muchos siglos les ha llevado a aceptar esta situación casi como si fuera natural; la aceptamos sin plantearnos nada más,incluso,como bien señala Fátima Fernandez Vázquez,si alguna mujer se atrave a revelarse ante esta situación la sociedad en su conjunto la juzgará como otro persona.
    También es un hecho que el cuidado de los ancianos es una tarea durisima tanto física como psicologicamente y que se hace más penosa aún por el poco reconocimiento que tiene, se piensa que cuidar a los mayores es algo tan fácil como tomar un vaso de agua y, nada más alejado de la realidad, es una tarea enormemente difícil y más cuando normalmente hay que compatibilizar con trabajo,tareas del hogar,hijos....
    Desde mi punto de vista ya es hora de que se reconozca esa labor por parte tanto de los estados como la sociedad.Una vez que esto ocurra seguro que no será la mujer la encargada de cuidar a los mayores.
    Marina Taboada Moya 2º bachillerato D.

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  9. Al leer el comentario que ha publicado Fátima me he sentido totalmente identificado. Mis abuelos maternos son ya bastante mayores y no pueden llevar su vida de forma normal, necesitan ayuda de otras personas para la limpieza del hogar, para el aseo, y desgraciadamente, para moverse. Esto empezó hace unos seis años, y obviamente se tuvo que buscar una solución: contratar a un/a cuidador/a. Desde este momento, mi madre y mi tía (las únicas mujeres entre todos los hermanos) empezaron a ocuparse de todo. Ellas fueron las que contactaron con una agencia que ofrecía trabajadores de este tipo, y ellas fueron las que hicieron las entrevistas y les presentaron a mis abuelos. Aparte decir, que aún estando estas personas contratadas las "hembras" eran las que hacían todo lo que fuese necesario (a ninguno de los hombres se le ocurriría cambiar un pañal).

    Y se debe a que esto es lo que han visto desde pequeñas. Desde siempre las madres se han ocupado del hogar y de los niños mientras que el hombre iba a trabajar, aportaba dinero a la casa y por ello debía recibir un especial respeto. Esto no es nada nuevo para ninguno de nosotros, ya que aunque la sociedad en el siglo XXI ha avanzado notoriamente, sigue funcionando así (en la mayoría de los casos). Nuestras madres son las que están pendientes de los asuntos del colegio o las que preparan la comida y las tareas del hogar. En el fondo, uno se da cuenta de que queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, ahora muchos hombres se atreven a poner una lavadora y a meterse entre fogones, afortunadamente.

    Por otra parte, en este ámbito laboral (cuidado de personas mayores) son las mujeres las que "dominan". Me atrevería a decir que el 90% de las personas que se dedican a este oficio son mujeres. Este hecho, obviamente, también influye en la mentalidad de la sociedad, ya que se podría pensar que si los que cuidan a los ancianos son siempre mujeres, los hombre no deben hacerlo y se podrían dedicar a otras cosas. En definitiva el mismo pensamiento que hace cuarenta años.

    Creo que debemos cambiar mucho aún nuestras ideas y tratar de olvidar esos pensamientos arcaicos propios de un sistema no igualitario. Caminemos TODOS hacia el progreso y el futuro, y ¿qué son el "progreso" y el "futuro"? Son la igualdad y el respeto entre hombres y mujeres.

    LUIS ROMERO BARRERO 1º A BACHILLERATO

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  11. Seguimos comprobando como hoy día, a la mujer se le siguen asignando papeles que parece que sólo saben desempeñar ellas; cuidado de los hijos; labores del hogar; y como en el tema que nos ocupa el cuidado de nuestros mayores.
    Aunque parece que con el paso del tiempo estas tareas se van compartiendo con los hombres cada vez más, todavía queda un largo camino hacia la igualdad, porque aún la mujer soporta gran parte de las cargas del hogar y del cuidado familiar, del que parece le cuesta mucho desvincularse, ya que si lo hace se le considera ¨mala madre¨ o por lo menos egoísta. Si la mujer pretende dedicarle menos tiempo a estas tareas, para centrarse en su trabajo, sus estudios, en el ocio...esto no se ve todavía con buenos ojos por la sociedad.
    Centrándonos en el tema del cuidado de los mayores, este sigue siendo un tema absolutamente sexista, ya que la mujer en la mayoría de los casos asume esta responsabilidad, tanto de sus propios padres, como incluso de sus suegros u otros familiares menos allegados, haciendo que la mujer tenga todavía menos tiempo para ella misma. Personalmente he visto como esto ocurre
    en mi entorno, pero también tengo que decir que he comprobado como hay hombres que cuidan de sus parejas,su madre... aunque sean casos más excepcionales.
    En mi opinión la sociedad debe evolucionar más rápidamente hacia la repartición de estas tareas, para que la mujer no sea la que lleva casi toda la carga, y así pueda dedicarse ha hacer lo que verdaderamente quiera en la vida y no solo dedicarse a los demás. Creo que la única manera de conseguirlo es terminando con esas tradiciones y costumbres antiguas y educando hacia la igualdad, en todos los ámbitos.

    Alba Cruz Zapata
    2ºBach D

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  12. Al leer esta entrada me he sentido muy identificada. En mi familia materna siempre ha pasado que las mujeres se ocupan más de los ancianos que los hombres. Pongo un claro ejemplo: mi abuela siempre ha necesitado muchos cuidados, era minusválida y por lo tanto eso le impedía hacer cosas como limpiar, hacer de comer o simplemente moverse por su casa por lo estrecha que es. No tenía apoyo de su marido, pues este salía de casa en cuanto podía porque según decía "no podía hacerse cargo de ella", "es demasiado trabajo", etc. No podíamos dejarla sola así que de los cuatro hermanos (dos varones y dos mujeres, una de ellas mi madre) solo se ocupaban las mujeres. Era un tanto difícil para mi madre porque ella vive en un pueblo distinto al de mi abuela, pero todos los fines de semana encontraba un hueco para ir a visitarla y llevarle lo que necesitaba. Y para mi tía, no era molestia porque vivía pegada a mi abuela, pero sufre esquizofrenia y hay veces que hay que cuidarla incluso más a ella.
    Al contrario mis tíos viviendo a cinco minutos de su casa aparecen de muy cuando en cuando.
    Aunque también le arreglen algún electrodoméstico o le traigan comida de sus parcelas, la balanza está muy desequilibrada por parte de ellos.
    Esta situación me parece irracional, ¿por qué las mujeres se empeñan tanto y los hombres no? Ellos (refiriéndome a mi familia) con una simple excusa lo solucionan todo y ellas hacen todo lo posible para que no le faltara nada a mi abuela.

    Espero que esto vaya desapareciendo y la sociedad se de cuenta de que los hombres tienen la suficiente capacidad como para ayudar a sus mayores como lo hacen muchas mujeres.

    Alba Medina Suárez 4°C

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