5 de noviembre de 2015

La meta es la igualdad



Debía tener unos 10 años por entonces. Volvía del entrenamiento de baloncesto y como muchas tardes fui al parque para jugar con mis amigos. Recuerdo que una niña se me acercó y me dijo: ¿Por qué vas vestida de niño? Es la ropa de baloncesto -contesté-. ¿Una niña jugando al baloncesto? -añadió ella, algo extrañada...

Creo que fue en ese momento cuando empecé a ser verdaderamente consciente de que, en esto del deporte, las cosas no eran iguales para hombres y mujeres. De hecho, yo ya entrenaba en un equipo mixto, en el que era la única niña, por la sencilla razón de que no había niñas suficientes para formar un equipo femenino. Las niñas optaban por deportes tradicionalmente femeninos y el baloncesto, como el fútbol, no lo eran.

A partir de entonces comencé a interesarme por este tema, a observar la actitud de la gente que me rodeaba, a escuchar opiniones y empezó a ser evidente para mí lo que hasta ese momento había sido invisible: ser deportista implicaba más esfuerzo si eras mujer.
Sólo tenemos que mirar hacia atrás y comprobar que la mujer ha sido históricamente excluida en el deporte y que, aún en la actualidad, existe una evidente y clara discriminación respecto al hombre. Y en esta discriminación tienen mucho que ver los fuertes estereotipos que existen en este terreno: estereotipos que identifican al hombre con cualidades como la fortaleza o la potencia y a la mujer con la belleza, la fragilidad y la sensibilidad.

En este vídeo podemos observar cómo incluso las propias mujeres tenemos muy interiorizados estos estereotipos.


Javier Fernández López, campeón
del mundo en patinaje artístico 2015
Como consecuencia, aún existen quienes piensan que hay deportes “de hombres” como pueden ser el boxeo, la halterofilia o incluso el fútbol, y deportes “de mujeres” como la natación sincronizada o la gimnasia rítmica. Y lo que es peor aún, a las mujeres que practican estos deportes “tradicionalmente” masculinos se las considera poco femeninas u homosexuales. Y lo mismo ocurre con los hombres que practican deportes tradicionalmente
femeninos como el patinaje artístico o la gimnasia A estos hombres se les considera afeminados u homosexuales (entendiendo que estas personas utilizan la palabra homosexual de manera despectiva, una discriminación más que merecería una entrada aparte en este blog). Por tanto este sexismo también es sufrido por los propios hombres.

Pero por desgracia la desigualdad no termina en esto. El deporte femenino está menos reconocido, se considera un deporte “de segunda” y esta falta de interés queda patente en su escasa presencia en los medios de comunicación.
No hay mas que leer la prensa deportiva o ver las noticias para comprobarlo. La presencia del deporte femenino no llega al 5% y en los informativos diarios el deporte masculino llega a ocupar el 99,1%. En estos últimos días me he parado a comprobar si esta estadística era real o exagerada y efectivamente el deporte femenino no supera el minuto en los informativos de la televisión pública y a veces ni aparece. De las privadas mejor no hablar...

Y con esta realidad ¿qué patrocinador va a estar interesado en publicitar su marca con deportistas femeninas? Y si no hay patrocinador, ¿cómo va a salir de su invisibilidad el deporte femenino? Como dice María Escario, una gran periodista y defensora del deporte femenino, “es la pescadilla que se retroalimenta”.

Esta falta de visibilidad es ya extrema en los cuadros directivos de las federaciones y clubes, así como en otros organismos deportivos, donde el porcentaje de mujeres es bastante escaso. Apenas vemos mujeres árbitros, entrenadoras, presidentas de clubes o cargos importantes. Eso si, que no falten las chicas guapas en las entregas de premios...


Han pasado algunos años desde aquel comentario que me hizo sentir confundida; tuve la sensación de estar haciendo algo raro. Hoy me río al recordarlo y comprendo que el comentario de aquella niña no era mas que el reflejo de esta sociedad sexista. Trabajar por cambiarlo es una carrera de fondo y aun queda un largo camino para llegar a la meta, que es la igualdad.


Claudia Pérez Zapata, colaboradora del grupo Aequitas25.

11 comentarios:

  1. Enhorabuen a Aequitas 25 y a todas las personas que colaboran en él. Mi opinión sobre los dicho por Claudia sigue siendo la que ya he manifestado otras veces: que es cada vez más urgente cambiar un sistema que provoca que un pinzamiento en el culo de un futbolista tenga más valor específico que todo el esfuerzo realizado por miles de deportistas. ¿Por qué los medios de comunicación tienen un papel tan rastrero y tan machista? ¿Qué hace que el deporte siga siendo "cosa de hombres"? ¿Cómo podríamos influir en la sociedad para que el éxito de las mujeres se hiciera visible? ¿Quién tiene interés en que la situación no cambie? Este blog está contribuyendo a que algunas personas tomen conciencia, pero luego... ¿qué mas podemos hacer? ¿No se está alargando demasiado el tiempo de la reflexión? Lo digo por los que, un poco viejos, no queremos quedarnos con las ganas de ver otro mundo. Gracias, Claudia.

    ResponderEliminar
  2. Vivimos en una sociedad en la que a pesar de creernos que estamos progresando intelectualmente, en muchos aspectos no es así porque todavía en la actualidad siguen existiendo desigualdades de género. Una de ellas es en el deporte ya que en el cual se da mucha mas importancia a los logros conseguidos por hombres que a los logros conseguidos por las mujeres. Sigue existiendo el estereotipo de que hay deportes de chicos y otros de chicas, los sueldos son mucho mas inferiores en el caso de la mujer, ¿de verdad queremos seguir viviendo en una sociedad tan desigual?.

    En la actualidad rara vez se habla del deporte femenino en los medios de comunicación y si lo hacen es para destacar una gran victoria de una mujer en mundiales o europeos. En estas victorias el Consejo Superior de Deportes aparece para atribuirse méritos que no tienen ya que estos les obligan a las mujeres a pagarse el viaje para que puedan competir, les dan sueldos muy bajos con respecto a sueldos superiores que se les atribuye a los hombres.

    Otro de los hechos que hacen que vivamos en una sociedad machista es que existan estereotipos de deportes para hombres y otros para mujeres, sinceramente pienso que en los llamados deportes para hombres habrá mujeres que tengan talento suficiente como el de un hombre, es mas muchas tendrán un nivel superior a estos. Lo mismo pasa en el caso contrario. No se puede entender que el fútbol sea un deporte para hombres y no para mujeres, son otro de los aspectos de esta sociedad que no respeta, no tiene valores.

    ¿De verdad queremos seguir viviendo en esta sociedad? Realmente cada día me da mas asco el ser humano, ya no me sorprende nada, es capaz de hacer cualquier cosa para estar por encima de los demás. Seguimos viviendo en una sociedad machista a pesar de los grandes avances. Tenemos que hacer algo y esta en nuestras manos, somos el futuro.

    José María Alfaro Luchena 2º Bach B

    ResponderEliminar
  3. Yo fui jugadora de rugby. La única chica del equipo masculino, el blanco fácil de los jugadores rivales.
    Recuerdo ese primer partido después de la selección: el césped plastiquero, apuntándome amenazador, un sol de justicia en un cielo deslavado, hiriéndome los ojos. No me había movido de mi posición y ya estaba sudando bajo la ajustada e incómoda ropa de deporte femenina.
    Sonó el silbato y en pocos segundos salimos todos disparados, los cuerpos moviéndose borrosamente y solo unos instantes para pensar. En lo que dura un parpadeo, el balón estaba en mis manos y todos los chicos se lanzaron a por mí con una determinación feroz. Al principio me mantuve en pie estoicamente, pero terminé por caer en el suelo espinoso y recalentado.
    Al final dejé el rugby. No es que no estuviera hecho para mí, es que ninguna persona, mujer u hombre, puede resistir semejante empuje. A nadie le gusta ser aplastado continuamente, y por primera vez en mi vida me sentí débil; no porque careciese de fuerza física, sino porque no pude luchar con el empuje de una quincena de hombres cayendo sobre mí.
    Chicos, chicas... la fuerza tiene que cesar para que podamos levantarnos y brillar. Así que, en nombre de todas las minorías, le pido a la sociedad que nos de un respiro, y así seremos libres de hacer lo que queramos sin prejuicios, sin miedos y sin barreras.

    Una antigua alumna.

    ResponderEliminar
  4. Hace tiempo que practico gimnasia acrobática, y no puedo negar nada de lo que dice esta entrada. Los deportes más conocidos y valorados son los denominados “deportes para chicos” denominación un poco cruel. No hay deportes para chicos, ni deportes para chicas, no hay porque ser homosexual si practicas gimnasia y eres chico, ni hay porque ser homosexual si practicas fútbol y eres chica.
    Hasta hace un año, mi equipo de competición se componía de 14 chicas y 1 chico, quien ignoraba comentarios y dejaba atrás los estereotipos por hacer lo que de verdad le gustaba. Como era de esperar, tuvo compañeros que desde mi punto de vista por pura envidia, criticaban sus entrenamientos, diciendo: “no se pueden usar pesas con tu edad”, “Te están entrenando mal”, “el fútbol es más duro”… Y, ¿Por qué es más duro? ¿Por qué un entrenador licenciado va a estar haciendo su trabajo mal? Por el simple hecho de ser un “deporte para chicas”.
    Hay futbolistas que viven del fútbol, jugadores de baloncesto que viven de este, ¿Pero hay muchas mujeres que vivan del deporte? ¿Hay deportes practicados por mujeres hechos para poder vivir de ellos? Y la respuesta clara es no. Alrededor de 60 millones de euros anuales puede ganar un futbolista, mientras hay clubes que tienen que costearse los campeonatos, tanto nacionales como internacionales, tienen que costearse la ropa e incluso el transporte a los campeonatos. Y como dice la entrada ¿qué patrocinador va a estar interesado en publicitar su marca con deportistas femeninas?
    Cómo podemos comprobar, viendo un simple telediario, los deportes considerados femeninos no son noticia, no son lo suficientemente importante como para estar en los informativos. Es noticia jugar la UEFA, pero no es noticia asistir a un campeonato del mundo de gimnasia, de fútbol femenino, de baloncesto femenino…
    Esto es otra muestra de la desigualdad que hay entre hombres y mujeres, todos tenemos derecho a cumplir nuestro sueño, a asistir a campeonatos internacionales costeados y a salir en los informativos, porque no solo los futbolistas se sacrifican y se esfuerzan, que por otra parte es su trabajo, también los y las gimnastas nos esforzamos, también los jugadores de volley se esfuerzan.
    Carmen Durán Risquet, 1º bachillerato A

    ResponderEliminar
  5. Bravo, Claudia. No sé si me asombra más tu clarividencia o la perfecta estructura de tu texto. ¡Así se piensa y y así se escribe!
    Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  6. Estoy totalmente de acuerdo con esta entrada. Yo soy una chica deportista, una nadadora.
    La natación se considera femenina si es sincronizada, ya que es un deporte que resalta la belleza, la flexibilidad, la debilidad… Todas esas características que se les atribuyen a las mujeres solo por el hecho de serlo.
    Ahora bien, si hablamos de natación a secas, es un deporte masculino, donde los propios nadadores afirman que las pruebas femeninas son solo para que les dé tiempo a descansar para su siguiente prueba. En los entrenamientos, siempre molestamos las mujeres, porque somos demasiado lentas y para ellos es una putada (perdón por la palabra) tener que adelantarnos en cada serie.
    En las competiciones, en las pruebas masculinas, ya sean pruebas de relevo o individuales, siempre hay más emoción, más ambiente, los demás compañeros se dejan la garganta animando, pero ¿qué pasa cuando las que van a nadar son mujeres? Nada, no pasa nada. Cada uno está a su rollo, estirando, yendo a comprar bañadores, sentado descansando, charlando con la primera chica que se les pasa por delante..., y sólo algunos apoyan a sus propias compañeras, a sus compañeras de equipo que cuando ellos están nadando, están disfrutando con ellos, viviendo cada brazada como si fueran ellas las que están en el agua.
    Por otro lado tenemos el hecho de que no hay entrenadoras, ¿por qué? Muy simple, porque piensan que una mujer no tiene la capacidad que tiene un hombre de llevar para adelante un grupo, carece de autoridad, no impone lo suficiente.
    Claro está que todas estas ideas son estereotipos que impone la sociedad, pero que se pueden cambiar. Eso sí, va a costar mucho trabajo conseguir una sociedad basada en la igualdad, porque son años y años con las mismas ideas machistas. La mejor manera de conseguir hacer llamativo un deporte femenino es con figuras emergentes que lo representen, por ejemplo, en el caso de la natación, se escucha de fondo en nombre de Mireia Belmonte. Si hubiera más nadadoras como ella, la natación sería un deporte más conocido y aparecería, por lo menos de vez en cuando, en los periódicos o en la televisión.
    Dejémonos de tanto fútbol masculino y de tanto tenis o baloncesto, que estos deportistas ya viven bastante bien con todo lo que ganan y preocupémonos por aquellos deportes “secundarios” como la gimnasia rítmica, la vela, la natación o el fútbol femenino.

    Andrea Figueroa Estrada, 1ª Bach. A

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy bien, Andrea. Fantástica reivindicación. Tu furia es más útil aquí y así...

      Eliminar
  7. Me encanta leeros y me entristece al mismo tiempo. Ilusa de mi, creí que a mis taitantos no sería necesario hablar siempre del género para referirnos a una persona capaz de hacer cosas sorprendentes: nadar con la agilidad de un pez, correr a la velocidad casi de la luz, saltar como una gacela, caminar con la clase de un dromedario, escribir como los ángeles, dibujar como un artista....y veo que una vez más, me equivoqué.
    Si es cuestión de educación, algo estamos haciendo regular.

    ResponderEliminar
  8. Muy buena entrada, estoy muy a favor, y además me siento identificado, yo soy deportista, nadador.
    Hoy por hoy, ni en mi deporte, ni en cualquier otro deporte, existe la igualdad entre sexos. Es muy triste que en el siglo XXI sigamos luchando por la igualdad. Seguimos con los estereotipos. En natación, normalmente las chicas se dedican a la sincronizada, por eso de la flexibilidad, fragilidad etc., si un chico se dedicara a la natación sincronizada, lo considerarían un homosexual; y hasta este verano la FINA (Federación Internacional de Natación) no permitía la participación de hombres en este deporte. Menos mal que al fin hemos visto, aunque con restricciones, chicos bailando en el agua.
    La natación pura, es el mundo en el que me muevo desde que tenía tan solo 4 años, y desde entonces, que ya ha llovido, sólo he tenido a una entrenadora, todos los demás han sido entrenadores; ¿el motivo? se consideran más “blandas” e incapaces de dirigir a un grupo. Yo no comparto esta opinión, porque si fuera chica me gustaría ir al menos con una entrenadora a los campeonatos, por si fuera necesario una conversación de mujer a mujer, que hay más confianza y comodidad, que si le tienes que contar a un entrenador un problema de chicas, que a lo mejor son cosas que él no le da tanta importancia o que ni siquiera te puede ayudar.
    También en mi día a día hay machismo, por ejemplo, en mis entrenamientos, los chicos tendemos a quejarnos, por entrenar con las chicas, porque nos molesta adelantarlas, ya que su ritmo de entreno es menor al nuestro, pero esos detalles poco a poco tienen que ir cambiando. En campeonatos importantes se nota mucho cuando se nadan las pruebas femeninas y las masculinas, todo el mundo está pendiente de los chicos, y cuando nadan las niñas nadie las anima ni las apoya, cosa que me molesta muchísimo.
    Me gustaría contar un caso muy curioso que pasó hace tiempo, si una o varias chicas van un poco “provocadoras” por la piscina, se llevan una gran bronca del entrenador, sin embargo, cuando los chicos hacemos lo que nos da la gana, o no nos dirá nada o simplemente se lo tomará a cachondeo.
    Por otro lado, decir que esta desigualdad está bastante extendida y, como dice en la entrada, ni en televisión está reconocido el deporte femenino, tenemos a grandes deportistas femeninas como Mireia Belmonte (natación) o Carolina Marín (Bádminton) ambas campeonas del mundo y le dedican muy poco tiempo en los deportes, ya que siempre están hablando de lo mismo: fútbol.
    En fin, creo que tenemos que seguir peleando, luchando por conseguir la meta, la ansiada meta: la igualdad. No es tarea fácil, pero si todos ponemos de nuestro lado quizás resulte menos difícil.

    Octavio Acosta García
    2º Bach. B

    ResponderEliminar
  9. Soy jugadora de fútbol en un equipo de mi ciudad. Estoy federada e incluso pertenezco a la selección Sevillana y Andaluza de fútbol femenino. Doy todos estos datos con la única finalidad de que sepáis que pertenezco al mundo del deporte femenino.

    Personalmente opino que la desigualdad es absoluta y clara. Amigas y compañeras de mi club llegan al entrenamiento cansadas , porque vienen, o bien de trabajar o de clases, mientras que niños de las mismas edades y en la misma situación , simplemente por ser el fútbol masculino ya pueden vivir de ello dedicándose al fútbol como una profesión y poder ganarse la vida con ello. Las mujeres lo vemos como un entretenimiento , tengamos la edad que tengamos, una forma de jugar a lo que nos gusta dando por hecho que no vamos a vivir de ello. Es un diferencia enorme que pienso que debemos tener en cuenta, no solo en el fútbol, si no en mucho otros deportes. El fútbol es considerado masculino pero hay mujeres y niñas que también nos gusta y por eso no dejamos de ser femeninas. Sobre todo disfrutamos lo mismo o más, deberían de tenernos un poco más en cuenta.

    Rosa Márquez Baena 4ºD

    ResponderEliminar
  10. Buenísima entrada, estoy muy de acuerdo con todo, y eso es bastante triste. ¿Que a día de hoy esto siga pasando? No puede estar pasando... Personalmente me ha emocionado mucho esta reflexión, ya que yo practico un deporte que es considerado solo de chicas, la gimnasia acrobática, y lo cierto es que se necesitan muchas de las cualidades que se supone que sólo la deben de tener los hombres, ya que en una mujer se vería mal.
    Hace dos días volví de un campeonato en Portugal, y como mínimo cinco o seis compañeros de clase me preguntaron: "¿qué tal te ha ido, te has abierto mucho de patas por allí?" Y con palabras más bruscas que mejor que no salgan a la luz. Cuando piensan en la gimnasia solo se imaginan en que me paso las tres horas de entreno diario practicando la flexibilidad y haciendo pirámides que también téngan que ver con la elasticidad, claro. Después llega la primavera y el verano, con el calor y las camisetas de tirantes, y resulta que tengo más músculos que la mayoría de los niños de mi clase, excepto de los que se pasan los días en los gimnasios claro, y entonces ya dejan los comentarios de "abrirse de patas" y pasan a "¡vaya bíceps y vaya tríceps!" Y es cuando empiezan a meterse conmigo, que si estoy muy fuerte, que parezco un niño, que mejor no "me meto" contigo...
    Es algo a lo que ya me he acostumbrado y ya ni si quiera reacciono, pero hay días en los que verdaderamente vuelvo a mi casa saturada, y con la moral un poco por los suelo. Hace un año o dos me empecé a obsesionar con ese tema, que como era posible que estuviese más fuerte que los niños de mi edad, y cuando iba a entrenar, en la hora o hora y media que hago de preparación física, intentaba escaquearme un poco y no hacerlo a tope. Pasaron unos meses y empecé a darme cuenta de que era una tontería, que las demás niñas que practicaban deportes de alto rendimiento estaban como yo o más, que lo que tenía que hacer era no echar cuenta a los comentarios de mis amigos, porque además que casualidad que son sólo los niños los que me dicen todas esas cosas, pero después de leer esta entrada lo he pensado mejor, ¿y por qué tengo que callar, y reírme o no hacer caso a lo que digan? ¿ por qué no pueden ser ellos los que se callen? Algo no va bien. Pero prometo que a partir de ahora si se pasan en ese estilo de comentarios y de verdad llega un momento que no aguante, responderé, y mi respuesta os aseguro que les dará mucho que pensar.


    Belén López-Pozas Gómez

    ResponderEliminar