Palestinos e israelíes llevan enfrentados más de 50 años,
peleando por la posesión y control del territorio.
Todo comenzó al finalizar la Primera Guerra Mundial, cuando
el Imperio Turco hizo una mala inversión aliándose con Alemania, puesto que
perdieron la guerra y con ella el terreno y la libertad. Y desde entonces, los
judíos reclaman lo que ellos creen suyo. Contando con la ayuda y el
abastecimiento de armas de Estados Unidos, lo están obteniendo.
Al acabar la Segunda Guerra Mundial (entre 1939 y 1945) uno de los grandes asuntos
que había que resolver, era el mandato de Inglaterra sobre el territorio
Palestino.
Los nacionalistas árabes creyeron lógico que Palestina fuera
declarada independiente. El Secretario de Estado de Relaciones Exteriores
británico también había acordado darle una tierra en la región palestina a los
judíos, con quien los árabes mantienen antiguas rivalidades religiosas.
La ocupación israelí en Gaza y Cisjordania, los llamados
"territorios palestinos", ha
pasado por varias etapas, pero siempre termina en hostilidad y discriminaciones. Y es que, desde
el inicio del levantamiento palestino en el año 2000, el Ejército Israelí, ha
instalado puestos de control y ha restringido los libres desplazamientos de los
palestinos. Han impuesto un bloqueo que controla las fronteras y el espacio aéreo,
con el pretexto de que esta Franja se construyó para evitar que los radicales locales se hicieran
con los materiales necesarios para la producción de armas: estereotipo
generalizado de los habitantes árabes de Gaza, porque yo supongo que no todos
los habitantes son terroristas...
Además esta situación ha empeorado mucho las condiciones de
vida del territorio, ya que los habitantes se ven privados de empleo,
educación, asistencia médica y otros bienes de primera necesidad.
Gracias a asociaciones como la Asamblea de Cooperación porla Paz (ACPP), los protagonistas de estos conflictos tienen un motivo por el
que no perder la esperanza: el saber que alguien está intentando ayudarlos y
sacarlos de ahí, les da un empujoncito para continuar.
Esta asociación nos presentó la campaña "Caminos de
Paz: las otras voces de Israel y Palestina": una breve introducción al
tema, un vídeo para meternos en la piel de familias palestinas y un taller de
actividades. Con esto, a mí me abrieron los ojos y me removieron algo por
dentro.
Es impresionante ver cómo viven
los habitantes de Gaza, por ejemplo. Encerrados, prisioneros, esclavos,
atrapados, rodeados. Les han privado de cualquier concepción de un futuro. Los
niños juegan en la Franja al balón y los padres se preguntan cómo contarles lo
que hay al otro lado, cómo explicarles que han nacido en “una cárcel a cielo
abierto” de la que probablemente no consigan salir nunca.
Pobreza, muerte, enfermedades, tristeza… No se ve nada más
por las calles de estas ciudades. Y junto a ellas viven miles de personas cada
vez más abatidas, desalentadas, derrotadas.
Pero para eso la iniciativa de la ACPP iniciativa pretende "mirar al conflicto palestino-israelí
desde otra perspectiva, alejándonos de los enfoques más conocidos de violencia,
odio y destrucción. Sin perder de vista esta realidad sangrienta, poner el
acento en las iniciativas de paz que promueven la construcción de puentes de
diálogo y paz entre ambos pueblos".
La idea de esta actividad es establecer puentes de diálogos
entre israelíes y palestinos, y para ellos cuentan con 26 organizaciones
integradas por israelíes y palestinos que trabajan juntos para acabar con esta
guerra, para denunciar las violaciones de los derechos humanos, para establecer
la Paz.
A veces necesitamos que nos conciencien de lo que pasa más
allá de nuestra zona de confort; a veces necesitamos que nos muestren la
realidad sin taparla, sin ponerle cosas bonitas para que no nos afecten, porque
para reaccionar necesitamos que algo nos llame la atención y nos duela.
Andrea Figueroa Estrada, colaboradora del grupo Aequitas25