La navidad puede ser la época del
año en que más chocan dos tendencias: una altruista, e incluso espiritual,
frente a otra hedonista, centrada en el consumo y lo material.
Si preguntas a cualquier miembro de
tu familia o amigos por qué celebramos la navidad, la mayoría te responderá que
es una fiesta bonita para pasar en familia, o incluso habrá alguno que diga que
es por celebrar el nacimiento de Jesús. Todas, respuestas sin fundamento: ¿Realmente necesitamos la excusa de la navidad para estar en familia? ¿Acaso no
podemos elegir cualquier día del año para ver y quedar con nuestros seres
queridos?
No hay que dejar pasar por alto el
hecho de que esta hermosa fiesta les viene bastante bien a todos los
comerciantes y grandes empresas como son El Corte Inglés o tiendas como Zara,
H&M, MariPaz… Estos mismos comercios que cada año se inflan los bolsillos
debido a nuestro gran espíritu navideño. Desde pequeños, se nos ha inculcado
que una buena vida puede ser alcanzada con una vida de bienes; es decir, ganando
mucho dinero y gastándolo en productos que prometen hacernos felices. Este modo
de vida se dispara en estas fechas llegando a unos extremos a los que realmente no
podemos acceder muchos de nosotros.
Tampoco podemos olvidarnos de los miles de anuncios sexistas con los que nos bombardean con el fin de encontrar estos regalos. Anuncios en los que las niñas juegan con carritos o cocinitas y los niños con camiones y construcciones, provocando una vez mas que clasifiquemos los regalos en masculinos y femeninos. ¿Acaso no pueden las niñas jugar con un camión o los niños preparar algo de comer? Eso, sin contar con la cantidad de "regalos" que podemos encontrar en estas fechas para las madres amas de casa. Desde una tostadora hasta unos táper. La verdad... es denigrante que alguien pueda considerar esto un regalo para una mujer. Y por último la publicidad se inunda de imágenes que cosifican a la mujer, convirtiéndola en un simple reclamo para vender. En definitiva, la mujer como presente o futura "ama de casa" o como objeto sexual.
Tampoco podemos olvidarnos de los miles de anuncios sexistas con los que nos bombardean con el fin de encontrar estos regalos. Anuncios en los que las niñas juegan con carritos o cocinitas y los niños con camiones y construcciones, provocando una vez mas que clasifiquemos los regalos en masculinos y femeninos. ¿Acaso no pueden las niñas jugar con un camión o los niños preparar algo de comer? Eso, sin contar con la cantidad de "regalos" que podemos encontrar en estas fechas para las madres amas de casa. Desde una tostadora hasta unos táper. La verdad... es denigrante que alguien pueda considerar esto un regalo para una mujer. Y por último la publicidad se inunda de imágenes que cosifican a la mujer, convirtiéndola en un simple reclamo para vender. En definitiva, la mujer como presente o futura "ama de casa" o como objeto sexual.
Realmente no necesitamos esos costosos y sexistas regalos que contribuyen a aumentar las desigualdades entre hombres y mujeres. Así que pensemos
qué es lo que realmente queremos celebrar este año ya que si cada uno ponemos
de nuestra parte podremos acabar con este gran negocio que tienen montado las
grandes empresas y en el que solo ganan ellos. Y solo así conseguiremos la navidad íntima, auténtica e igualitaria con la que muchos y muchas soñamos.
Marta Zambrano Martín, colaboradora del grupo Aequitas25
Marta Zambrano Martín, colaboradora del grupo Aequitas25