31 de diciembre de 2013

NUEVO

 

En los últimos días de un año los periódicos, los programas de televisión e incluso nosotros mismos tendemos a mirar hacia atrás y buscar lo bueno y lo malo que se deja; y hasta los más escépticos desean escondidamente que el año que está a punto de comenzar sea mejor.
Yo miro hacia atrás desde este blog y veo un andar titubeante al principio y un objetivo muy claro: hacer algo, aunque sea un simple paso de puntillas, para conseguir que la igualdad sea un hecho y no una utopía.
Me encuentro entre gente nueva que muy pronto se transforma en parte de mi gente y alumnos y alumnas con los ojos muy abiertos preguntándose, seguro, “quién es esta”…
Miro hacia atrás y recuerdo, en los escasos tres meses de este blog, hechos terribles: muertes de mujeres que no verán el nuevo año, personas ahogadas en un mar oscuro que soñaban con un Dorado que no existe, injusticias, explotaciones y dolor de los más débiles.
Pero también, al mirar hacia atrás, veo la ilusión de proyectos compartidos por muchos: un blog participativo; un recital de música y literatura para homenajear a quienes se fueron injustamente; alumnos creativos y vitales deseosos de aportar su visión sobre un libro; textos impactantes sobre un tema que no debería ser objeto de un concurso…
Y ahora toca fijar la vista en lo que está por venir. Estoy bien arropada, por buenos compañeros y excelente gente joven que está dispuesta a seguir dando pasos, quizás de puntillas, quizás a zancadas… Deseo y pido desde aquí un año realmente nuevo. Que sople un viento nuevo de solidaridad, empatía y ternura que nos invada a todos. Que los viejos huracanes de egoísmo e intolerancia se deshagan en medio de un océano perdido. Que no haya más mujeres asustadas, golpeadas y muertas por “amores” negros. Ni más Lampedusas. Ni más niños sin derecho a una escuela…
Es verdad: espero demasiado. Pero buena gente me acompaña y sé que no estaremos solos. Y que nadie se rinda, por favor. Porque la peor frase que se puede pronunciar en estos momentos duros es “no hay nada que hacer”.
Feliz año nuevo. Que sea nuevo de verdad.

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