25 de mayo de 2017

Nacido por encargo

Elton John, Michael Jackson, Miguel Bosé, Sofía Vergara, Robert de Niro y Cristiano Ronaldo, entre muchos otros, son algunas de las celebridades que han acudido a la tan extendida práctica de la gestación subrogada como medio para conseguir un hijo.

¿Qué es la gestación subrogada?

“Se la describe de muchas maneras: vientres, úteros o madres de alquiler, gestación por sustitución, maternidad subrogada. Es el proceso por el cual una mujer se compromete mediante un contrato a ser fecundada mediante una técnica de reproducción asistida, para llevar a cabo una gestación y renunciar a su hijo en favor de otros”, contesta el doctor del Hospital Universitario Central de Asturias cuando es entrevistado acerca de este tema.



En otras palabras: una mujer ofrece su cuerpo, su vida, su tiempo y su vientre, para ser portadora del hijo de otra persona a cambio de una compensación económica.

Una gran mayoría comparte la opinión de que este método es totalmente aceptable y que debería ser legalizado en países como el nuestro – donde la ley obliga a dejar constancia en la partida de nacimiento del recién nacido de la identidad de la madre biológica, a diferencia de en los países donde es más común esta práctica, que sólo figuraría el nombre del “cliente” que alquila el vientre.  Sin embargo, algo que parece tan normal, lícito y sin turbidez alguna, se vuelve todo lo contrario al ser llevado a un análisis profundo de las causas y efectos que tiene el uso de un útero de alquiler.
El procedimiento llevado acabo por las empresas que se dedican a esto es muy sencillo: en primer lugar el cliente escoge a las mujeres que por su genética (físico) tienen características más atractivas para su futuro hijo.  A continuación se procede a la fecundación artificial de las madres elegidas; que serán tratadas por psicólogos y terapeutas durante todo el embarazo para prepararlas para deshacerse de su hijo en el mismo momento en que nazca, si es que hay forma alguna de estar preparada para hacer eso. 

Hasta ahora todo bien, ¿no? Pero ¿qué pasaría si os dijera que el cliente, tras las primeras ecografías en las que se pueda apreciar la apariencia de su bebé, tiene el derecho a ordenar que aborten aquellas madres cuyos fetos no le satisfacen? Ahora no todo está tan bien.  Se puede pensar que aquellas personas que se ofrecen para este “trabajo” lo hacen con total libertad y saben a lo que se enfrentan, pero ¿realmente vamos a auto convencernos con esa pobre argumentación? ¿A caso alguien haría esto si no se viera en una situación de necesidad extrema que le obligara a tomar estas medidas?  Es exactamente lo mismo que la prostitución por “libre albedrío” – una falacia.

A estas alturas ya algunos estaréis pensando en el porqué de tanto lío, existiendo métodos alternativos como son adoptar y hacer parte de tu familia a un niño necesitado y falto de cariño.  Es aquí donde entran en juego una arcaica sociedad junto con una obsoleta legislación que dificultan enormemente, poniendo trabas hasta por el más mínimo detalle, la adopción por parte de padres solteros, o parejas del colectivo LGBT. 

Si las mentes se abrieran, la sociedad avanzara, y la gente madurara, la diferencia entre adoptar un niño para una pareja heterosexual y una homosexual sería inexistente.  Los vientres de alquiler serían innecesarios.  Muchas cosas cambiarían, y esto es sólo uno más de los muchos problemas que nos quedan por resolver.  Tenemos mucho trabajo por delante.


Aun así, si alguien sigue pensando que las madres de alquiler no son problema alguno, o simplemente no logra entender mi punto de vista, lo invito a leer esta entrevista donde queda todo mucho más claro.

Fernando del Águila, colaborador del grupo Aequitas25

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con tu punto de vista, Fernando. La mercantilización de la sociedad ha llevado a ver el vientre de la mujer como un negocio más, siendo el "cliente" el portador de toda la razón. En torno a este negocio se han montado ferias incluso, como si de la compra de una casa se tratase. Comparto la idea de que sólo la precaria situación de una mujer puede llevarla a ceder su útero ante estas condiciones. ¿Qué hacemos con tantos niños que esperan un hogar en los orfanatos del mundo? ¿Los vendemos también? Quizá estaría bien catalogarlos por estatura y color de pelo... (nótese la ironía).
    En fin, qué tema tan tremendo.

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