23 de junio de 2017

A quienes se van, a quienes se quedan

Os vais. Muchas Demasiados. Parece que nos quedamos sin gente, vacíos de mentes pensantes, de corazones con espadas, de palabras que no se rinden. Parece que os vais a otro hemisferio. Pero es solo eso, una sensación. Habéis escrito sobre machismo, desigualdad, derechos humanos, infancia, sexualidad... Habéis gritado desde aquí. Habéis escrito desde el corazón, con rabia, con ironía, con tristeza, con sabiduría. Habéis ayudado a concienciar. Habéis disfrutado del placer de la escritura. Y todo eso queda. Así que no os vais totalmente. Pero necesitamos que os vayáis porque el mundo necesita gente como vosotros y vosotras, que se crea todo esto de la igualdad y que siga luchando. Tal vez sí os vais a otro hemisferio como han hecho quienes se fueron antes que vosotros y vosotras. Ese hemisferio nuevo puede ser realmente nuevo. Hacedlo posible.
Os quedáis. Somos poquitas personas... Pero sois grandes y tenéis fuerzas y ganas. Os necesitamos. Esto no funciona sin vuestra energía, sin la pasión que solo se tiene así a vuestra edad. Hay muchas palabras por decir, muchas denuncias que hacer, muchas cosas buenas que celebrar, muchas cadenas que romper. Y sabemos que podemos contar con vosotras, Lucía, Paula, Conchi, Nuria, Claudia Aquilar, Andrea Márquez. Y contigo, Luis.
Gracias a quienes ya se fueron pero se han quedado: Clara, Cristina, Eva, Julia, Mady, Marina, Paula y Vicky.
Gracias y mucha suerte a quienes os os vais (pero poco) y habéis dado tanto este año o incluso estos dos años: Adela, Andrea alias Figue, Andrea Caravaca, Claudia Pérez, Daniel, Fernando, Gonzalo, José María, Judit, Luna, María, Marta, Óscar, Pablo, Pastor, Santi, Sara.
Y gracias, de nuevo, a quienes os quedáis.
De todo corazón.

1 comentario:

  1. Yo también quiero decir algo a esta "remesa" de estudiantes que nos dejan este año. No voy a dar nombres porque vosotros sabéis bien de quién hablo. Quiero daros las gracias por esa maravillosas clases que tuvimos en primero de bachillerato, aquellas horas de los viernes, cuando apagábamos las luces del aula y nos asombrabais con vuestros trabajos voluntarios sobre ese Platón que se quedó, nadie sabe por qué, convertido en mito dentro de una caverna, jeje. También, cómo no, por las presentaciones finales que nos dejaban a todos con la boca abierta.
    Estoy segura de que algunos de vosotros os vais a llevar un pedacito de nosotros en vuestro corazón. Pero quiero que sepáis que vosotros también os quedáis en el mío. No es fácil enseñar en estos tiempos, lo sabéis, pero con gente como vosotros, el alma se vuelve a llenar de entusiasmo y las ganas de compartir conocimientos resurgen de sus cenizas, cual Ave Fénix.
    Os deseo lo mejor. Os lo merecéis.
    Concha Colmenero

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