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24 de febrero de 2019

Amigas. Mujeres. Y yo.


Yo tengo amigas de muchas formas, tamaños y colores.


Tengo amigas que construyen aviones, otras que hacen dibujitos, otras que cocinan y otras que todavía no tienen muy claro qué camino tomar en la vida.

Tengo amigas caprichosas, firmes, sinceras y emotivas. Amigas que se rompen con la más mínima interrupción de la perfección y amigas que te resuelven la vida en cinco minutos. Amigas enfadonas, risueñas, cariñosas, caóticas. Amigas ligeras. Amigas que me desesperan con su tardanza y amigas que me sacan de mi cabeza y me ponen en mi sitio.

Tengo amigas monogámicas, feministas, reivindicativas, cultas. Amigas cantarinas y amigas con un pésimo sentido del ritmo. Amigas sensibles, amigas implacables.

Tengo amigas altas, medianas y bajas. Con barriguita, fuertes, con cicatrices, con pechos enormes en los que apoyo mi cabeza cuando me abrazan. Con culazos, con canas, con arrugas, con bigote. Con caderas anchas, abdominales marcados, pies grandes, manos finas, ojos claros, llenas de pecas, blancas semitraslúcidas.

En fin, amigas de muchas formas, tamaños y colores.


Yo encuentro belleza en todas ellas.

Y siempre que me miro al espejo (que puede ser real o metafórico) y y no estoy contenta con el reflejo, pienso en esto.

Porque cuando más unida me siento a ellas es cuando se salen del prototipo preestablecido, cuando me veo identificada en sus errores, defectos e imperfecciones.

Reflexiono: si soy capaz de encontrar belleza en todas ellas, ¿por qué a veces no soy capaz de encontrarla en mí misma?
Y así, gracias a ellas, voy aceptando mi tamaño, mi forma y mi color.

Marina Rodríguez Colmenero, antigua alumna del IES Juan de Mairena





26 de octubre de 2017

Misses: que no pare el espectáculo

Viene de lejos. Hace  más de cuatro décadas, en los años setenta, ya hubo grupos feministas que protestaron contra el Concurso de Miss Mundo en el Albert Hall de Londres. A pesar de las muchas denuncias porque suponen un claro ejemplo de tratamiento de la mujer como objeto sexual, los concursos siguen celebrándose. Y promocionándose. Y defendiéndose. 
En la cultura del usar y tirar, convertir a la mujer en una cosa que tiene un "valor" es muy peligroso. Porque en este tipo de eventos cutres y propiciadores del babeo, no se establecen méritos en función de la capacidad, trayectoria académica o profesional, talento o habilidad de las mujeres. Se trata de pasearse, mostrarse y sonreír. Bueno, se me olvidaba: últimamente se han introducido "pruebas" tipo preguntas (de un interés impresionante) que consiguen demostrarnos que esos objetos bellos que se pasean en bañador o en trajes de purpurina HABLAN. Las mujeres hablan. Vaya...
Machismo mata, señores y señores. Parece que se les olvida el número de mujeres víctima de violencia machista que acumulamos. Exagerada, pensará más de un lector o lectora. NO. Cualquier acto que perpetúe la imagen de la mujer como un objeto está en la base de una sociedad que potencia la discriminación y favorece el acoso. Machismo mata. No es una serie de ciencia ficción. Es una realidad. Nos paseamos por la calle, con cuidado eso sí, y tenemos que estar pendientes de cómo nos vestimos, cómo nos movemos, cómo nos relacionamos, con quién hablamos. No provoquemos... Pero eso es lo que hace una mujer en una pasarela de un concurso rancio como este: provocar, seducir para ganar un premio que les resolverá la vida. O no. Machismo mata. Y no me digan que también hay concurso de Míster, por favor. Y no me digan que las mujeres se presentan voluntariamente... Cansa repetir los mismos argumentos. 
Esto no es una entrada contra la belleza. Es una crítica, espero que suene suficientemente feroz porque es lo que pretendo, de los concursos de misses. No te presentes si tienes más de una 36, si tienes pocas tetas o más celulitis de la que se pueda disimular con unas medias. No lo intentes si has elegido ir por la vida con un "look" diferente. No se te ocurra ni aparecer si tu dentadura no es perfecta, como si fueras un caballo. Gordas, absténganse. Huesudas, out. Discapacitadas... sin comentarios. Maduritas, a quién se le ocurre...Si no entras en el patrón, vete a dar una vuelta, chatina. Queremos objetos sexuales. Que hablen, pero poco.
Lo que duele es tenerlo tan cerca. No parece creíble que aquí, justo al ladito, se vaya a celebrar un concurso de misses el próximo domingo en el Teatro Municipal de Mairena del Aljarafe.
Ajá.
Qué asco.

5 de junio de 2017

El deseo por la belleza física: La peor droga



El deseo por la belleza física podría ser considerado actualmente como una de las peores drogas que jamás ha existido; y como toda droga, cada vez se da en gente más joven, y en muchos no porque las propias niñas lo deseen. Los intentos de algunas madres de tener unas pequeñas barbies como hijas solo perjudica a las niñas.
 Entre los atributos buscados están el pelo largo y rubio, los dientes blancos (lo cual lo consiguen lavando los dientes de las niñas con lejía), pestañas largas (les ponen pestañas falsas), piel bronceada artificialmente y ojos claros. Básicamente, es una vuelta al neoplatonismo del siglo XVI, con la diferencia de que en el siglo XVI, la piel tenía que ser blanca.
  Una de las formas de incitar a buscar la belleza perfecta en niñas son los concursos de belleza infantiles, que se han vuelto un fenómeno cada vez más popular en las últimas décadas, hasta llegar a mover casi 5.000 millones de dólares cada año. 

En esta entrada voy a presentar 4 casos en que la cosa ha ido demasiado lejos:

1.Miss Tanguita: Es un concurso de belleza infantil estrenado hace 2 años en Barbosa, Colombia. Las concursantes eran obligadas a desfilar en ropa interior en una pasarela pública llena de personas adultas, entre las que se podrían encontrar incluso pedófilos. Rápidamente, el concurso recibió una oleada de críticas en redes sociales. Es una auténtica locura hacer desfilar a niñas de entre 6 y 10 años al aire libre delante de un montón de desconocidos. Se cree que niñas de esa edad no tienen conciencia de la verdadera situación, pero algunas de esas niñas pueden sufrir daños psicológicos al verse tan expuestas ante tal cantidad de gente extraña. Las madres, inconscientes de esto, las obligan a forzar una sonrisa y andar por la pasarela. Simplemente inaceptable.

2.Toddlers & Tiaras:  Conocido también como 'Princesitas', es un reality show estadounidense realizado entre 2009 y 2013, en el que 3 o 4 niñas iban de concurso en concurso. Si este programa ya debe haber sido criticado a lo largo de su duración, hubo un episodio en especial que fue fuertemente rechazado, ya que disfrazaron a una niña de 3 años de Julia Roberts en la película 'Pretty Woman'. Cabe resaltar que Roberts hacía el papel de una prostituta, y una niña de tan solo 3 años la estaba imitando.
 

3.Sarah Bush y su hija: Hace 5 años se desató la polémica cuando se conoció que Sarah Bush, mundialmente conocida como la barbie humana, le regaló a su hija de 7 años un cupón para un aumento de pechos. Cuando se enteró de que era ilegal, tuvo que obligar a la niña a esperar a tener 16. Pero al parecer no aprendió la lección, porque un tiempo después le regaló a la niña un vale por 7.000 dólares para hacerse los arreglos con el bisturí que ella quisiera. Será que la mujer no tuvo una mala experiencia con las cirujías, porque otra razón para querer hacerle pasar a su hija por lo mismo no se me ocurre.

 
4.Britney Campbell: Es una niña de 8 años cuya madre la obligaba a someterse cada 3 meses a una terapia de botox en toda la cara. Esto desató una fuerte lluvia de criticas y denuncias sobre la madre, que aún sigue yendo a juicios por el caso, pero ella no parece para nada arrepentida, pues cuando le preguntaron por qué lo hacía, ella respondió que pensaba que todas las madres deberían hacerlo. Espero que ninguna madre siga ese consejo, porque si no, me apiado de esas pobres niñas.



Tristemente, estos no son los únicos casos que se dan o han dado. Es muy injusto que esas niñas tengan que soportar a sus madres y se vean obligadas a someterse a terapias o a participar en unos concursos tan horribles. Y no solo se da en países desarrollados; también en países subdesarrollados tienen sus propias torturas para conseguir una belleza idealizada.
 
Por muy beneficioso que sea para los que mueven los hilos de este mundo, esto debe parar. Estamos provocando la aparición de enfermedades como la anorexia, que se deben sola y únicamente a la presión que sufren muchas adolescentes por estar extremadamente delgadas; además de incitar a hacer bullying a aquel o aquella que no cumpla el modelo actual de belleza.
Porque el deseo de belleza física no es más que otra droga, debemos hacer que pare.

Nuria Fernández Roca, colaboradora de Aequitas25



29 de mayo de 2017

Tan sólo 24

 24 años separan a Emmanuel de Brigitte Macron; los mismos años que a Donald Trump de Melania.


La historia de la pareja Macron es todo un escándalo amoroso. Ella era profesora de Lengua y de Teatro, de 39 años, casada y con tres hijos. Su inteligencia, su interesante conversación, sus intereses y un proyecto de final de curso hicieron que el joven estudiante de 16 años se enamorara de su profesora. Como os podéis imaginar, aquello provocó todo un boom. Los padres de Macron lo enviaron lejos de allí, pero él prometió volver a por su profesora cuando fuera un poco mayor, independiente de sus padres. Y así fue, y ahí siguen. Ella es su apoyo incondicional, toda decisión la comenta con ella, y quiere que ambos estén uno al lado del otro, ni delante, ni detrás; a la par.  
Hoy en día, el hecho de que ella tenga 24 años más sigue siendo todo un trauma para la prensa y los críticos del corazón. El aspecto jovial del presidente choca con el aspecto más “gastado” de su acompañante. Brigitte y Emmanuel Macron van contra natura; invierten el orden establecido a la hora de elegir a su compañero de vida.

En la otra cara de la moneda,  tenemos a la pareja Trump. El presidente es el que goza de 24 años más que su pareja. Pero claro: Melania aporta una cara bonita, una presencia espectacular; y entre los dos y un hijo, forman una estampa familiar modelo.
Y aquí no criticamos el aspecto de Donald Trump, ¿verdad? Que el hombre sea mayor no es criticable, es lo normal. Porque muestra la superioridad del macho, el control que tiene sobre su pareja; enseña quién tiene el poder y la voz cantante en la relación. ¿Patriarcado? Para nada.  

Probablemente estas dos parejas no sean las primeras ni las únicas en ser criticadas por los medios de comunicación; de hecho, son un caso más. Y lo que realmente se está criticando y valorando, es a las mujeres, su edad, su aspecto. Creo que debemos ser  como yogures o galletas. Llegada una fecha, mejor tirarnos a la basura porque ya no estamos buenas.

Teniendo en cuenta todo esto, ¿seremos viejofóbicos? ¿Tendremos miedo a envejecer, a perder los signos joviales que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida?
Pues no, no lo somos. Porque no tenemos miedo de hacernos mayores. Sólo nos espanta la vejez femenina. Desde pequeñas estamos sufriendo las consecuencias de crecer. Perder la imagen de niña, de la pureza, es lo que nos hace inservible a los ojos masculinos.

La primera crema antiarrugas es como el primer tampón, signos de la edad que provocan en nosotras miedo y vergüenza, porque los años están haciendo efecto en nuestros súper cuerpos de revista.
Somos nosotras las que sufrimos la belleza como una puñalada, porque tenemos que conservarla pase lo que pase, pasen 10 o 100 años. Elimina arrugas, ojeras, patas de gallo, barriga, piernas, culo. Mantente cómo una muñequita y no estropees la imagen de tu marido  con tus años. Sé tú misma pero ni se te ocurra cumplir años. Y si lo haces, opérate o quítate de en medio porque eclipsas con tus kilos de más los cuerpos cañones de los "fofisanos" de la tercera edad que se dedican a dar patadas a un mundo ya de por sí convulso. 
Andrea Figueroa Estrada, colaboradora del grupo Aequitas25

30 de abril de 2017

Mejor no te peses...

Y vuelven. Aunque no del todo. Algo no regresa si nunca se ha ido por completo. Llámalo complejo, llámalo estilo de vida.

Nos hacen creer que los cánones de belleza han cambiado, que ahora se lleva eso de 'donde haya para coger', que las excesivamente delgadas no gustan; que estemos contentxs con nuestro cuerpo. Sin embargo, los anuncios de bikinis siguen protagonizados por modelos cuyos cuerpos no han sido conseguidos a través de la dieta que cualquiera de los espectadores puede consumir. Las tallas de ropa siguen limitando los conjuntos de los que nos podemos abastecer. Los chicos se siguen yendo con una barriga plana y unos pechos/culo bien puestos. Las chicas siguen optando por un abdomen marcado de gimnasio.

"El ideal del estético femenino actual no es no es el más saludable, según varios estudios científicos, y el Índice de Masa Corporal mejor valorado en mujeres está por debajo de los niveles sanos. Estos factores culturales influyen en que haya un incremento de los trastornos alimenticios entre los más jóvenes."

 En este reportaje de 'El País' del pasado 15 de abril de 2017, se describen numerosas situaciones donde una serie de mujeres narran su primer recuerdo acerca de la obsesión con el peso en el colegio, en casa...

"Comencé a sentir la presión antes en el colegio que en el entorno familiar, en concreto por los niños. Algunos chicos me llamaban Olivia -por la de Popeye- y algunas chicas me decían anoréxica. Solo cuando mis pechos se desarrollaron se olvidaron de los motes."- Laura, 33 años

"Recuerdo de adolescente ir a la piscina y decirle a mis amigos que me tiraran al agua como si fuera de broma para poder bañarme sin quitarme la ropa. Estaba tan acomplejada que no podía ponerme bañador. Cuando veía a mis amigas bañarse en bañador me moría de envidia. Y yo, acomplejada viva. Todavía me sigue dando vergüenza quitarme la ropa." María Isabel, 56 años

Como buena opresora, la sociedad critica a aquello fuera de los límites, ya sea por encima o inferiormente. No sólo es el caso del 'exceso' de peso, sino también de la 'carencia' de este. Gorda. Flaca. Todo daña.

Dos vocales. Tres consonantes. Cinco letras. Una palabra. Infinito daño. Todo el mundo teme una pelea, un asesinato; a la violencia física.  A mí, lo que me aterra es la verbal. Nadie es consciente del poder del que dispone al tener unos labios y unos pensamientos retorcidos para aquel que no es de su agrado. Nadie es consciente de cómo el otro puede reaccionar. Nadie es consciente de qué efectos o medidas pueden llevar a ese oyente a tomar.

Sonrisas todas las posibles, pero nunca dedicadas a uno mismo. Continua insatisfacción. Más aversión al reflejo del espejo que a esos causantes de tu problema. Tener que conformarte con eso que ves, que sobra decir que no es de tu gusto.

Sin embargo, en ocasiones ni un factor externo es necesario para el desencadenamiento de dichos juicios sobre tu persona. Y es que si una boca era peligrosa, mejor ni mencionar nuestra propia mente.
Adela García Ramírez, colaboradora del grupo Aequitas25

12 de diciembre de 2016

¿Tres cuerpos para una mujer?

Cada vez que una mujer se dispone a comprar algo de ropa tiene que enfrentarse al frecuente dilema ''¿Qué talla me vendrá bien?''.No es necesario comentar que todas hemos observado que dependiendo del fabricante,marca,tienda,etc nuestra talla puede variar pero,¿sabemos realmente por qué?

Esta situación está creada por las multinacionales textiles para reforzar la visión irreal que una persona tiene de sus propio cuerpo pudiendo crear así diversos trastornos alimenticios.Por ello,el Ministerio de Sanidad y Consumo hace años encargó un estudio para unificar las tallas,un estudio que tomó medidas a 10.415 mujeres de 12 a 70 años de 59 municipios de toda España.
Así el Corte Inglés,Inditex,Mango,la Asociación de Creadores de Moda de España,Carrefour,la asociación de patronistas gallegos y el Instituto de Innovación del Textil de Andalucía acordaron unificar las tallas según los resultados de aquel estudio.Pero nada más lejos de la realidad:nos encontramos en el último mes de 2016 y tener una talla única en la cual te sientas cómoda en todas las tiendas es,desgraciadamente,una lejana utopía.

No puedo evitar preguntarme a mí misma ¿por qué?.Esto se reduce a una simple estrategia comercial más,pero es bastante complicado poder hablar de ello cuando empresas como Mango,que es totalmente hermética,o Inditex se nieguen a hablar sobre sus estrategias comerciales para,en mi opinión,evitar verse salpicados en escándalos.

Pero no hace falta que hablen ellos.Yo me vi envuelta hace años como una de las muchas adolescentes  más en el oscuro mundo de los trastornos alimenticios. No hace falta que narre mis horribles experiencias en esta etapa,pero sí quiero hablar sobre una conversación que tuve este verano con mi psicóloga ( a la cual empecé a visitar por culpa de este problema).Me comentó que una conocida suya trabaja en una de estas multinacionales y observaba cómo las tallas cada vez variaban más.Al estar familiarizada con el mundo de la moda y con sus proveedores se atrevió a preguntar y a investigar sobre tal tema,tras la cual recibió una respuesta tan cruel y tan fría a la vez que cierta:''Se hace así porque ellas son presas fáciles''.

¿Presas fáciles?¿Es así como nos ven desde arriba los grandes empresarios de la industria textil?''Hay chicas obsesionadas con su cuerpo. Tienen terror a comerse un trozo de tortilla porque creen que engordarán 6 kilos de inmediato. Si ven que una talla en una tienda les cabe pero en otra no,refuerzan la idea errónea de que su cuerpo cambia de una semana a otra'',explica Julia Vidal,psicóloga clínica experta en trastornos alimenticios. Una chica con estos problemas comprará donde el pantalón tenga menos talla,''porque así demostrará que responde al modelo de cuerpo delgado'',justifica Vidal. Se autoengañará.

  Muchas multinacionales han hecho caso omiso a las peticiones del gobierno de poner en los maniquíes la talla 38 y evitar que la 46 se considere ''talla especial''. Estas empresas (normalmente extranjeras) suelen sacar justificaciones de todo tipo para no modificar las tablas de tallas en nuestro país. Podemos poner como ejemplo a H&M que,al ser sueca,explica que su ropa está hecha para mujeres de su país (generalmente con un tamaño más grande que el nuestro) y que al ser distribuida a otros países no realizará ningún cambio.
Por ello me encuentro escribiendo esta entrada sin poder evitar que una expresión de indignación se pose en mi rostro.
Porque estas empresas solo buscan hincar el diente.
Porque todavía no hemos conseguido que nos tomen en serio.
Porque nos incitan a vivir de una forma no saludable.
Porque he sufrido como muchas mujeres por culpa de esto.
Porque consiguen que nos sentamos inseguras con nuestro cuerpo.
Porque nuestra salud está por encima de sus ventas.
Porque,una vez más,debemos alzar la voz ante una injusticia.

Blanca García Macías,colaboradora de Aequitas25.