4 de octubre de 2013

Y esto... ¿no tiene algo que ver con la igualdad?


 


Un caso ejemplar de igualdad. Tragedia en Lampedusa. Más de doscientos inmigrantes muertos, por ahora. Todos iguales: hombres, mujeres y niños; embarazadas y fetos; somalíes y eritreos. Iguales en la desgracia de haber nacido en un lugar equivocado. Iguales en el sufrimiento vivido por las guerras y la hambruna. Iguales por ser víctimas de mafias que, en el caso extraño de que sobrevivan, los convierten en esclavos de por vida. Iguales, al soñar con un Dorado que no es más que una falsa ilusión, con una tierra que ya no tiene ni tierra para sus tumbas sin nombres.
Iguales al ser tratados como bazofia por una ley de 2008 que castiga a quien ayuda a un inmigrante ilegal. Iguales al ser utilizados como arma arrojadiza por los políticos. 
Aquí no hay desigualdad ninguna.
Hoy, Día Mundial de la Sonrisa, ésta se ha convertido en una mueca. 

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En un gesto reciente del cinismo y la podredumbre que invade nuestra civilización europea, las autoridades italianas conceden la nacionalidad a los muertos mientras, en cumplimiento de la ley vigente, denuncian a los supervivientes.

 




4 comentarios:

  1. Situaciones como esta no deberían ocurrir en el mundo, pero por desgracia, sí que ocurren. Me parece una grandísima pena y un acto imperdonable la creación de una ley que penaliza a los residentes de la isla por AYUDAR a otra persona; es horrible como se puede tener la sangre tan fría. Me pregunto cómo reaccionarían los políticos creadores de esta ley absurda y sin sentido si se tratara de sus propias familias. El hecho de que una persona sea de una procedencia u otra, tenga el color de piel más oscuro o claro, los ojos mas verdes o mas marrones, no debería afectarnos con respecto a nuestra opinión sobre esta persona en cuestión, porque, lo que realmente nos define como persona es nuestro interior. Por lo tanto, las personas que viajaban en esa patera tenían el mismo derecho a vivir que todas las demás personas, puesto que somos iguales, y el hecho de que esta ley bloquease la fuente de ayuda más cercana en aquellos difíciles momentos, me parece deplorable. Pero lo que realmente me pregunto es, los que miramos desde fuera, ¿qué podemos hacer?

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    1. Mira a tu alrededor. verás cómo se te ocurre más de una idea para colaborar en la lucha contra la desigualdad.
      Y el hecho de que leas sobre este tema, te conciencies y tomes una postura solidaria, ya es una importante aportación.
      Gracias

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  2. ¡Cuántos bonitos recuerdos me produce la viñeta de El Roto! Te echo de menos. Bego

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  3. Un caso ejemplar de igualdad. Tremendas cinco palabras que dan entrada a este artículo. Demoledora frase y no sólo por a lo que esta se refiere, sino porque es terrible que después de tres años sea la única entrada en la que puede ser usada esta expresión con total coherencia, aunque no con la connotación positiva que todos desearíamos.
    El tiempo es rápido, demasiado veloz, y a veces lo es tanto que siento como si mi primer día de instituto hubiese sido hace tan sólo un par de meses. Sin embargo, parándonos a pensarlo llegaremos a la conclusión de que tres años, espacio de tiempo que a lo largo de toda una vida puede parecer insignificante; nada más y nada menos que tres largos años, con sus 1095 días, dan para mucho.
    Es simplemente surrealista y desesperanzador que exactamente la misma situación que se produjo ese 3 de octubre de 2013 siga produciéndose hoy día con una periodicidad espeluznante, sin habérsele puesto remedio alguno y peor aún, atribuyéndosele un carácter de normalidad total que hace que la gente haya dejado de preocuparse por esto. De cualquier manera, echar un simple vistazo a las estadísticas sólo servirá para hundirnos más en la desesperanza, más de 26.000 personas ASESINADAS en naufragios a las puertas de Europa desde el año 2000. Sí, desde el año 2000 andamos así, y si digo asesinadas es porque estas PERSONAS no han sufrido un desastre natural aleatorio que las ha llevado a la situación límite que les ha provocado la muerte, sino que han sido engañadas y utilizadas por las grandes mafias, que sin escrúpulos las arrojan a los embravecidos mares en barcazas de papel con falsas pero esperanzadoras promesas de un nuevo y utópico mundo — un nuevo mundo que casi 20 años después sigue volviéndose hacia su ombligo, les da la espalda, y deja que se ahoguen en sus propias esperanzas.


    Fernando del Águila Rodríguez. 2ºBACH A.

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