9 de febrero de 2014

Dulce


En esta tarde de domingo lluvioso y después de tantas entradas sobre las barbaridades que invaden este mundo y se ceban, para variar, con los más débiles, apetece algo sereno, algo bello. Hoy, por ejemplo, un poema. La autora, Dulce María Loynaz, es una de las principales figuras de la lírica cubana y universal. Mereció el premio Miguel de Cervantes en 1992. Si queréis saber más de ella podéis pinchar aquí. Podréis encontrar información, textos, imágenes, audiovisuales...
Yo prefiero, en este momento, limitarme a leer estos versos mientras suena el viento y la lluvia:

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
Si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, y verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!

Si me quieres, no me recortes:
¡Quiéreme toda... O no me quieras!

 

4 comentarios:

  1. Leyendo este poema, me ha inspirado a hablar sobre un tema, que en nuestra vida diaria, desgraciadamente, está vigente, es el maltrato a las mujeres. Puede que no tenga mucho que ver con el poema, pero quisiera contar mi historia. Es algo personal y de lo que no estoy para nada orgullosa, pero es cierta.

    A día de hoy, sólo puedo pedir perdón, perdón a mis padres, perdón a la gente que me quiere, a mi hermana, a mis amigos, porque ellos son los que verdaderamente sufrieron con todo esto, porque vieron como cada día era más infeliz. Ya no sonreía, ya no les hablaba, siempre callada y queriendo estar sola. Todo empiezó muy bien, para que mentir, porque las peleas típicas de las parejas, todo el mundo las tiene. "Es la convivencia con otra persona, es normal que nos peleemos de vez en cuando", respondía cuando me preguntaba cómo estaba.


    Hasta ese día. Ese día que me senté encima suya, y delante de todas mis amigas, sin ningún tipo de vergüenza me dijo: "o adelgazas, o te quitas de encima". Ya no era todo tan perfecto. Ya no salía con mis amigas, ya sólo los dos, en su cuarto, y sin poder hablar. Podía pasar cualquier cosa, pero de todo y absolutamente todo, era yo la que tenía la culpa. Sí señor.

    Él era bastante listo, más de lo que parecía a simple vista. No quería estar en mi casa, sólo podíamos estar en la suya; exacto, en su territorio, donde nadie me pudiera defender. Y llegó el esperado día. El día en que se atrevió a darme un puñetazo en la cara. Luego todo fue un simple "Perdón, no quería darte tan fuerte, era de broma", mientras sostenía una bolsita de hielo contra mi cabeza. Y puedo decir mucho más, hasta el punto de hacerme llorar y él reirse de mí;anularme como persona, no ser feliz, comentarle a mis amigas que iba a buscar otra novia porque yo estaba loca. De ahí, a peor.

    Cuando mis padres se enteraron me castigaron sin verle. Al principio seguía hablando con él. No veía el daño que me estaba haciendo. Pero me dí cuenta. Todos esos insultos: "gorda, fea, ponte a dieta, no te quiero...".
    Sinceramente, no comprendo cómo al fin llegué a comprender que era malo para mí.

    Lo logré. Ví la luz. Todo terminó.Estábamos todos destrozados por esa lucha tan horrible. Hoy por hoy, puedo decir, que comprendo a las mujeres que son maltratadas por su pareja. Mucha gente, que no ha pasado por eso, puede decir que no comprende porque las mujeres aguantan tanto. Yo sí lo sé. Ellas no ven la realidad del asunto. No lo ven tan grave. No abren los ojos, hasta que al fin, algunas son valientes y en contra de su corazón, entiende que esas personas no se merecen su amor, porque su pareja no las quiere a ellas, quieren a un juguete con el que poder hacer lo que quiera.

    Puede que haya resultado algo aburrido mi historia, pero yo me siento valiente al haber tenido el valor de contarlo.

    Nuria Martínez Ruiz. 2º Bachillerato A.

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  2. Nuria, me ha parecido preciosa tu historia y sobre todo que hayas salido vencedora en tu historia. Pero .... Hay una cosa que no entiendo ¿por qué pides perdón?, en todo caso es él el que ha de pedirlo por todo el daño que te ha hecho, tú fuiste una víctima y ... ay de la siguiente chica que caiga en sus redes.

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  3. Nuria, eres muy valiente al contarlo, pero no solo contándolo, sino firmándolo con tu nombre, nombre y apellidos reales, haces ver a las demás que si alguien pudo, ¿por qué no ibamos a poder nosotras?
    No te sientas culpable por haber hecho que las personas que te quieren hayan sufrido por ello, y mucho menos debes pedirte perdón a tí misma, puesto que no fue culpa tuya. Quizás te sientas culpable, pero el amor ciega a las personas y todos los que te quieren saben ese dicho que es muy cierto, por lo que ellos no quieren que les pidas perdón, solo quisieron sacarte de ahí porque veían que sufrías; lo hacían por tí. Solo querían que volvieras a sonreír, que fueras libre y que vivieras tu vida como la estuviste viviendo hasta entonces. Tus padres y tus amigos ahora no pueden estar más feliz. Tuviste un obstáculo en tu vida y lo superaste, no todas pueden.. Algunas se quedan en el camino. Eres una mujer fuerte, y más ahora. No dejes de sonreír porque tienes una sonrisa preciosa.
    Y con respecto a tu expareja.. Algún día se dará cuenta de que algo hizo mal (si es que no se dió cuenta aún..) y que él es tu pasado y tienes que mirar al frente, viviendo el presente y planeando un futuro cercano lleno de amor y de color.
    PD: aquí tienes a una chica que estaría encantada de estar a tu lado si algún día lo necesitas.

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  4. Nuria, la verdad te comprendo perfectamente, se lo que es creer que nadie te comprende, que él es la mejor persona del mundo, que nunca sería capaz de hacerte daño porque claro, ¿como puede una persona que te trata tan bien hacerte algo así a ti? lo peor de todo es, y espero que me lo confirmes tu, que todo ese maltrato lo ha ido haciendo poco a poco y que ,lentamente has cerrado tus ojos hacia lo que hacía y tus odios hacia lo que los demás decían. La verdad es que es difícil salir de algo así porque, para darte centa es necesario que estalle la bomba y no en sentido tan metafórico sino que , aveces, esa bomba es un claro impacto (ya sea con el puño o con la mano bien abierta, cuando no una patada). Desde luego tu eres muy valiente y muy decidida ya que no aguantastes a una segunda vez: no creistes sus cuentos y mentiras de que había sido de broma... Por experiencia personal puedo decirte que, lo normal, es creerselo. Y no solo dos, sino tres... y cuatro... y así hasta todas las veces que esto pueda ocurrir en 365 días. Cuesta, y cuesta mucho dar el paso y salir del tunel en el que se anda pero, cuando lo haces sabes que nunca, y repito NUNCA más vas a dejar que nadie vuelva a meterte.

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