“Yo soy solo un niño, pero sé lo que es un conflicto. Fui parte de él”
“Vengo del norte del país, donde el viejo ejército solía venir a causar
problemas. Un día vinieron a pegar a mi padre, le ataron las manos y le
dispararon. Él sobrevivió, pero yo decidí que no soportaría esto nunca
más, así que me uní a los rebeldes. Me dieron una pistola y me enseñaron
a usarla. Yo solo soy un niño, pero sé lo que es un conflicto. Yo fui
parte de él, he visto cosas horribles; cuerpos mutilados, sin cabeza,
mucha sangre... He hecho cosas de las que me arrepiento, pero tienes que
comprender que yo era un soldado y no tenía otra opción. Si un general
te dice que pares a alguien y le pegues, incluso sin motivo o aunque
sean mujeres o ancianos, no puedes decir no,” Namboro se unió a los
rebeldes en República Centroafricana con 16 años. Viajó desde el norte
hasta la capital, Bangui, donde fue identificado como menor de edad,
liberado del ejército y ahora participa en un programa de rehabilitación
de Save the Children.
Mañana, 12 de febrero, se celebra el Día Internacional contra la Utilización de Menores Soldado.
Si quieres saber más, sigue leyendo
Esto es algo completamente inaceptable, no sólo por el hecho de que un menor pueda entrar en el ejército, sino ya también el que un niño tenga que ver tales barbaridades.
ResponderEliminarAlgunos no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de vivir en esta sociedad, y aún así nos quejamos de nuestra calidad de vida, sin pensar en que día a día miles de niños como este sufren traumas, insultos, palizas… ese sí que es motivo de queja, y no el que “mi papá no me ha comprado el Iphone que le pedí”. Hoy día apenas sabemos valorar las cosas y cada vez nos volvemos más superficiales y egoístas. No pensamos en la suerte que tenemos de no tener qué ver como matan a tu familia o cuerpos mutilados allá por donde vayas.
Este hecho, según se refleja en el texto, ha llevado a Namboro a querer unirse a los rebeldes, los cuales no tuvieron en cuenta que tan solo fuera un niño y le dieron arma y le enseñaron a usarla. Más tarde, el chico dice hacer cosas de las que se arrepiente… deja claro que eso no era lo que quería pero no le quedó otra. Estas son cosas que no deberían permitirse en pleno siglo XXI en el que se supone que somos más personas, pero claro, tan solo se supone.
También, está claro que hay muchas asociaciones a ayudar a esto, es decir, se podría decir que aún queda un poco de esperanza en la humanidad, o eso es lo que me gustaría pensar la verdad, es muy triste creer que siempre va a ser así de malo y que no se le va a poder poner fin a bestialidades como esta.
Como dije al principio, ya no es por el hecho de admitir niños al ejército, sino de que tengan que ver y soportar cosas que ellos ni si quiera han podido elegir, que les ha tocado y sólo les queda tener que soportarlo, ya que intentar ponerle remedio no es tarea fácil.
P.D: Todo este tema me ha recordado a esta imagen que vi hace mucho, aquí la dejo:
http://img.desmotivaciones.es/201110/298649_2332991257296_1625229061_2324309_621100106_n_1.jpg
Eva Parra López 2ºBTO A
Un niño, solo un niño. Mucho adultos se aprovechan de este hecho y es que un niño no sabe distinguir el bien del mal, quizás Namboro al tener 16 años supiera algo más, pero se reclutan niños de muchas edades y muy pequeños que simplemente cumplen ordenes de sus superiores quienes deberían de haber sido educados algo mejor en los valores humanos como la empatía, la solidaridad o la bondad.
ResponderEliminarLa vida de Namboro se vio forzada a esta situación por los conflictos que provocamos nosotros mismos entre países, ya bien sea por territorios o por dinero y la tienen que sufrir familias y niños que se consideran, por supuesto, daños colaterales. En qué mundo vivimos si tenemos que forzar a menores y llegar a matar gente para conseguir ¡lo que creemos que nos hará mejores! y lo que en verdad nos hace es caer en la miseria como personas.
Historias como la de Namboro hay muchas por desgracia y al parecer va a seguir habiendo por muchos años más ya que leemos la noticia y nos conmueve pero verdaderamente no la sufrimos, ni nos movilizamos los demás países en pararla de forma radical como se ha de hacer ya sea siendo voluntario o algo. Así que sí, culpable yo y culpable tu y todo aquel que no haga nada por cambiarlo. Movilicémonos, cambiemos esta realidad y obliguemos a cambiarla.
Lidia Valdenebro Jiménez 2ºBach A
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ResponderEliminarNamboro, 16 años. Una víctima más en un escenario tan desagradable como una guerra.
ResponderEliminarMe he parado a ver este video, https://www.youtube.com/watch?v=v5FtFb9XDvY para ponerme más en la situación de chicos que son apartados de su familia y “programados” para matar al enemigo. Y entonces me ha llamado la atención algo que ni imaginaba: todos los chicos que salen de esa esclavitud, tienen una palabra en común en sus pequeñas bocas: pido perdón. Pero. ¿Porque?
Es duro saber que existen niños en estas condiciones, pidiendo perdón por haber estado obligado a matar, por haber sido drogado para tener la sangre fría de hacer tales barbaries. Y , que a pesar de todo, pidan a dios perdón continuamente y quieran retomar su vida , en la escuela, trabajando… Lo realmente triste es que algunos, recuperan todo menos su familia, que la han perdido mientras eran máquinas de matar , mientras estaban evadidos de su vida, y metidos en otro cuerpo que simplemente tenía como objetivo matar el mayor número de enemigos posibles.
Por todo esto y más , es de agradecer a las personas que llevan a cabo la rehabilitación de todos estos chicos que han sido salvados de esa miseria de vida y organizaciones como Save the Children , hacen que cada día haya más normalidad en estos países . Y sobre todo, que existan los verdaderos niños: los pequeños inocentes que ni siquiera imaginan que la sangre exista más allá de películas, los que no tienen otra vida que sus juguetes, o los que ni si quiera saben de la existencia de las armas.
Me parece muy dramático que este niño se meta en una guerrilla porque hayan atado y disparado a su padre.
ResponderEliminarEste chico, Namboro, se metió por su cuenta pero hay muchas guerrillas que arrasan aldeas para capturar niños de los cuales mucho no llegan a los 10 años para lavarles la cabeza y que les hagan caso y meterlos en la guerra, chicos que los arrancan de su familia para que vayan directamente a la muerte.
Nosotros somos afortunados en vivir en un país desarrollado pero esa gente y en especial esos niños no tienen tanta por eso hay que luchar por su libertad. Ellos habrán hecho cosas y visto cosas que a alguno de nosotros nos llegarían a traumatizar y sucede día a día aunque no nos enteremos.
Víctor Guillén 4ºC
Una vez más, como siempre que busco algo de inspiración entre tantas entradas, opiniones, hechos y personas que conforman este blog, me hallo hurgando en el “pasado”, y digo pasado ya que al leer este texto me invade una extraña sensación de lejanía, siento como si el tema de los niños soldado fuese algo de otra época, algo actualmente inexistente. ¿Cuándo fue la última vez que visteis una noticia o reportaje sobre algún conflicto armado en el que se sigan usando a niños como soldados?, porque yo llevo meses sin escuchar una sola palabra acerca de ellos.
ResponderEliminarLos medios de información se centran sólo en informar a la población sobre aquellos hechos que o bien interesan a las fuerzas políticas que los controlan, o bien causan la suficiente preocupación e interés entre los ciudadanos como para distraerlos y enajenarlos de los problemas realmente importantes.
Ahora parece que es el turno de los extremismos y, cómo no, de la corrupción política en este país, por lo que temas considerados menos importantes o desactualizados se dejan de lado, y este es el caso de los niños soldados, así como de los refugiados que perecen en las aguas del Mediterráneo. Supongo que ya que lo que se busca es generar el máximo impacto posible para a su vez crear interés por determinada noticia, se comienzan a ignorar temas a los que ya se les dio mucho bombo en cierto momento, cayendo así en el error de la ignorancia.
Hoy día los niños soldados continúan siendo usados como armas tanto psicológicas (¿Quién sería capaz de disparar a un niño?, aunque este te esté apuntando con un rifle) como físicas, y no sólo de forma voluntaria como en el caso de Namboro. Muchas veces se recurre a la extorsión de estos infantes mediante las amenazas o el asesinato directo de sus padres y familiares para que, de forma obligada, acaben formando parte de los ejércitos pertenecientes a ciertos desalmados señores de la guerra que, a toda costa y sin importar el precio pagado en vidas humanas, ponen todo lo que está en sus manos para conseguir su objetivo, que generalmente es control de un territorio para su posterior explotación minera o como campo de cultivo.
Aunque el principio del cambio comienza en nosotros, que debemos luchar por estar informados, por saber qué pasa tanto a nuestro alrededor como a miles de kilómetros de lejanía, para que se nos diga la verdad y no se nos controle mediante mentiras y bombardeo de información basura... no somos más que el último eslabón de una gigantesca cadena. Esta cadena podría comenzar a cambiar si todos juntos nos decidiéramos a conseguirlo, ya que tras nuestra lucha se sucedería la de los medios por volverse libres, y así poco a poco hasta lograr la total transparencia de los gobiernos, incluso de los de los países menos desarrollados. Sólo entonces, en ese idílico escenario, temas como el de los casi olvidados niños soldados, los refugiados, e incluso el de la violencia de género, resultarían resueltos con mayor prontitud, ya que si todos fuésemos conscientes de lo que realmente ocurre en nuestro mundo con total certeza y sin trabas, ¿realmente seguiríamos siendo tan indiferentes como ahora lo somos?
Fernando del Águila Rodríguez, 2ºA