9 de mayo de 2014

"No me llames feminista"

El feminismo es un movimiento bastante rechazado, normalmente por falta de conocimiento sobre el tema. Muchas personas lo consideran equivocadamente un antónimo de machismo; otras lo asocian a posturas extremas que implican una violencia hacia el sexo masculino; también se tiene la imagen de mujer feminista a la vulgarmente llamada "camionera" que va en contra de todos los cánones considerados tradicionalmente femeninos. 
Pero lo cierto es que el feminismo es "un movimiento que tiene como objetivo conseguir la igualdad de derechos de hombres y mujeres. Es de las escasas corrientes de pensamiento igualitario que ha impregnado todo el planeta y que ha conseguido impulsar uno de los mayores cambios sociales en la historia de la humanidad ". Esta y muchas razones más son las que argumenta Concha Caballero en un magnífico artículo que puedes leer aquí. Conviene leerlo y replantearse nuestras posturas al respecto. Yo ya lo he hecho. Soy feminista. Por supuesto, a mi manera.

5 comentarios:

  1. La evolución de las sociedades del autoritarismo a la democracia ha ido acortando las distancias entre hombre y mujeres en todo el mundo, aunque ésta tendencia a la igualdad es más clara en las sociedades occidentales y progresa débilmente en países subdesarrollados donde la mujer sigue siendo más una mercancía o un ser humano sin derechos . Incluso en los países de la Unión Europea el camino hacia la igualdad, protegido con una gran cantidad de leyes y organismos de defensa de la mujer, no han supuesto la eliminación del problema por una imposibilidad de aplicar esta normativa en la práctica. Incluso en estos países democráticos la mujer sigue ganando menos que el hombre aunque tengan la misma titulación académica y es la principal afectada por el desempleo en la actual crisis económica.
    Esta situación no cambiará hasta que toda la sociedad no acepte culturalmente que todos los hombres y mujeres, si somos iguales ante la ley, tenemos por tanto que tener los mismos derechos y responsabilidades. Parece que algunas administraciones públicas han logrado ese objetivo con sus trabajadores y trabajadoras, como por ejemplo en la protección de la maternidad , derechos más difíciles de obtener cuando la trabajadora está en una empresa privada, donde contratar mujeres sigue viéndose como un gran inconveniente, por una inmensa mayoría de directivos que son hombres.
    Y en ese cambio cultural hay que incluir a la educación que se imparte a niños y niñas desde la etapa escolar para ir evitando la actual realidad en la que los hombres seguimos sin recibir adiestramiento en las tareas del hogar, ni por nuestras madres ni por el sistema educativo y acabamos pensando que son tareas de mujeres. Parece complicado romper con una cultura machista implantada incluso en las sociedades más avanzadas a través del cine, la publicidad, la moda etc que tiene en la mujer su gran atractivo.
    Pero si no conseguimos formar en la igualdad a las futuras generaciones de hombres y mujeres, muchos de ellos educados hoy en ambientes de desigualdad seguirán muriendo mujeres a manos de sus maltratadores aunque éstas les denuncien y se acojan a programas de protección, . Creo que a las mujeres que luchan por la igualdad no hay que llamarlas feministas, solo hay que llamarlas mujeres.

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  2. Jamás me he identificado con ninguna ideología, ni siquiera política; sobre todo, porque considero que toda doctrina tiene sus carencias y que definirse con las ideas de una ideología u otra nos limita y nos adjudica también dichas carencias. Pero desde que comencé a ser plenamente consciente de cómo va esta sociedad (me refiero en el mundo entero) me declaré feminista. Sí, soy feminista, sin reservas. Porque tuve muy claro que ser feminista es luchar por la igualdad entre hombres y mujeres, por la igualdad de todos los seres humanos. Pero no todo el mundo lo tenía ni lo tiene tan claro. Cada vez que me he declarado feminista, una o varias personas me han tachado de radical. Además, para mi incredulidad estas personas solían ser de más edad (y por lo tanto creían ser más expertos en el tema) por lo que no atendían a razones cuando yo trataba de explicarles el verdadero significado de feminismo. Muchas personas piensan que el feminismo se basa en la creencia de la superioridad de la mujer sobre el hombre. Cuando en realidad no es así. Todo el mundo sabe lo radical que es el machismo, y al existir un extremo por definición debe haber otro, y éste se lo adjudican al feminismo. En mi opinión este común error se debe al desconocimiento de la existencia del hembrismo, que efectivamente si busca la represión del género masculino, por lo que esta ideología se adjudica al término sí conocido, el feminismo, que además por su prefijo "fem" de "femenino" confunde y lleva a equivocación. Creo que pese a que el nombre no es el más adecuado por su morfología, toda persona que abogue por la igualdad entre sexos debería identificarse con el feminismo. Y que al igual que se le da tanta publicidad al machismo en los centros de enseñanza y en los medios de comunicación, se debería hacer mayor hincapié en la comprensión del feminismo como la igualdad entre las personas. Porque el conocimiento es poder y ya que conocemos a qué nos enfrentamos (el machismo) debemos conocer también cuáles son nuestras armas. Feminismo por una sociedad igualitaria, igualdad entre géneros, igualdad entre las personas.

    Rosana Capita, 2ºA

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  3. La sociedad tiende a considerar erróneamente el feminismo, pues vivimos en un mundo de extremos. O machista o hembrista, o facha o rojo, o inteligente o tonto... ¿Dónde queda el punto medio defendido por tantos filósofos?
    Todo es malo en exceso. Por ejemplo el alcohol, como el vino, en su justa medida, puede llegar a ser saludable. ¿Para qué pasarse? Por este motivo y muchos más, es necesario propulsar este tipo de movimientos igualitarios, y todavía más si se trata de defender el derecho de la igualdad entre seres humanos que solo se diferencian por rasgos físicos. ¿Qué serían los hombres sin las mujeres y viceversa? Para empezar, nuestra especie no existiría. Una especie que tiende a dividirse en grupos para sentirse respaldados y protegidos. Pensad por un momento que pasaría si todos nos uniésemos y formásemos un único grupo en el que prevalecerían todos los movimientos igualitarios como el feminismo, un grupo sin diferencias cuyo único objetivo es convivir pacíficamente. Entonces, no necesitaríamos ningún tipo de posicionamiento político para sentir que somos parte de un país que no nos tiene en cuenta. Por mucho que se defina a la democracia como libertad de voto, cada vez tengo más claro que no es suficiente. Durante toda la historia mundial se puede observar como en gran parte de situaciones una minoría era quien llevaba la razón. Centrándonos en el tema feminista, este movimiento comenzó siendo motivo de risas y burlas. La igualdad era inverosímil. Sin embargo, esta antigua minoría ha ido creciendo hasta convertirse en el único posicionamiento posible de adoptar entre personas coherentes.
    Por tanto, no estoy diciendo que la democracia sea un error, sino que debemos replantearnos la validez de minorías que pasan desapercibidas por una sociedad extremista y bipartidista en todos los ámbitos.

    Fdo. Un feminista más (Roberto Sánchez, 2ºA)

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  4. Hoy en día se tiende a confundir el término feminista. Lo toman como un movimiento radical, extremista dirigido al ascenso de la mujer sobre el hombre, y muchos de los casos como el contrario al machismo, es un movimiento poco valorado y al que no se le digna la importancia que se merece. El feminismo defiende la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres, tanto en la sociedad como en la política, tanto en casa como en el trabajo, en la calle o en cualquier otro sitio, defiende la misma valoración para varones y mujeres.
    Uno de los motivos por lo que se confunde este término es que el movimiento fue empezado por mujeres. En siglos pasados, la mujer era totalmente discriminada y despreciada ante el hombre, el lugar que ocupaba un hombre en la sociedad y en la política, en aquellos tiempos, una mujer no podía ocuparlo, simplemente por el hecho de ser una mujer. Por esto fue por lo que las mujeres decidieron comenzar el feminismo, intentado poner a la mujer a la misma altura que el hombre en todas las condiciones. Esto no quiere decir que el hombre no pueda o deba participar en el feminismo, al contrario, muchos de los hombres se inclinan por este movimiento, apoyándolo y participando para llevarlo a lo más alto, y para dejar atrás la discriminación de uno de los dos ante la sociedad.
    En conclusión pienso que el feminismo debería estar más extendido, para que todos supieran el verdadero significado de esta expresión y todo lo que significa para el mundo. Mujeres, hombre, niños y adultos deberían conocerlo para ver que es una postura muy acertada, intentado siempre conseguir esa misma altura para hombre y mujeres, considerándolos y tratándonos como lo que son, seres humanos.
    María Barea 2º B

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  5. El feminismo es un movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres. El mundo oficial, lo que se estudia en el instituto, en la carrera, las novelas mundialmente reconocidas, las grandes pinturas, la escultura, casi todo es masculino, e incluso si hay mujeres, éstas se han educado en un entorno de hombres... El mundo está definido por personas de sexo masculino, porque las mujeres nunca han tenido poder para definir nada. Esto, hoy en día, es un hecho presente en la sociedad. Esa diferencia que existe entre hombres y mujeres es, si se mira de cerca, un hecho impactante.
    Algunas personas se preguntarán: pero, ¿qué puedo hacer yo para cambiar esta situación tan evidente? Pues debemos empezar por nosotros mismos, y por las cosas pequeñas. Nuestra mentalidad es esencial para este cambio tan necesario, y hacernos a la idea de que las personas se tienen que concienciar de que esta situación sigue en el presente y que las mujeres debemos tener todos los derechos que no nos han sido proporcionados a lo largo de la historia. Porque somos tan humanas como los hombres, y el hecho de que alguien nos considere inferiores me parece incluso surrealista. Por todo esto, yo me considero feminista y pienso, al igual que muchos otros, que esto tiene que cambiar.
    Alicia Almagro


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