20 de abril de 2015

Mi culo es mío

El Metro de Londres, junto con el Ayuntamiento de la ciudad y la Policía, han puesto en marcha una iniciativa destinada a terminar con el acoso sexual en el transporte público incentivando la denuncia de este tipo de comportamientos. Al final de esta entrada podéis ver el vídeo promocional de la campaña y si queréis una información mucho más detallada, pinchad aquí. Merece la pena leerlo (está en inglés, eso sí). Es una muestra de campaña bien hecha porque no trata solo de concienciar sobre el problema sino que establece unos mecanismos accesibles y cercanos para solucionarlo: por ejemplo, la víctima puede hacer la denuncia mediante una llamada o mensaje y se le asigna en menos de 24 horas un oficial que llevará el caso con discreción. No hay que ir a una comisaría. Como dice el folleto, la persona que denuncia no tiene que soportar ningún tipo de comportamiento sexual no deseado y son los agentes preparados para ello los encargados de investigar. 
Me parece admirable, entre otras cosas, que un ayuntamiento se tome en serio lo que muchísimas personas consideran o considerarían una exageración. Parece una tontería pero... ¿a cuántas de vosotras, lectoras de esta entrada, os han cogido el culo? ¿Cuántas habéis aguantado un refregón indeseado en el metro, autobús o cualquiera de las bullas tan propias de esta ciudad nuestra? Me atrevería a decir que la gran mayoría hemos pasado por eso y más de una vez. Y no hemos hecho nada por temor o vergüenza; o nos hemos enfrentado al colega y este se ha puesto hecho un fiera como si el tocamiento fuera cosa de nuestra imaginación pervertida. Y no se nos ha pasado por la imaginación denunciarlo... 
Una vez tuve un jefe que solía saludar con una levísima pasada de sus dátiles por mi trasero. Por el mío y por el de casi todas las féminas del lugar. Me sentía incómoda, pero me daba corte decírselo... Era tan sutil y elegante que parecía cosa mía. Alguna compañera se me quejaba de lo mismo pero tampoco hacía ni decía nada. Un día me harté y se lo dije. Que mi culo era propiedad particular mía y que no me lo tocara más. Se sorprendió, se entristeció con la excusa de que era una muestra de cariño inocente, se enfadó y finalmente estuvo sin hablarme un largo tiempo. Resultaba que la culpable era yo por "malinterpretarlo"... Al tiempo, la situación se "normalizó" y el colega tuvo la desfachatez de pedirme permiso para volver a "mostrarme su cariño". Le dije que no y esta vez lo encajó mejor. Tendría que haber sido más dura y denunciarlo. Pero ¿os imagináis la situación en comisaría, en mi propio trabajo, si lo hubiera hecho?
Esto no es Londres. No deseamos serlo, por supuesto. Pero esta campaña nos da una lección sobre lo mucho que nos queda por alcanzar.
Mientras tanto, recordadlo; no tenéis por qué soportar la mas mínima muestra de acoso sexual en el metro, en el bus o donde sea. Tenemos derecho a pasear, viajar, vivir sin sentirnos humilladas por comentarios, miradas o tocamientos obscenos. Yo decido quién me puede coger el culo, decirme un piropo o mirarme con ansia. Si los demás lo entienden, mejor. Si no, os aseguro que no voy a callarme más.

5 comentarios:

  1. Me parece muy buena la idea que se ha cogido en Londres para dicho hecho. Me parece un modelo a seguir en varios países del mundo, en especial, aquellos en los que la acumulación de población en espacios pequeños es notablemente elevada. No soy mujer, pero tampoco me hace falta serlo para imaginar lo que pueden sentir ellas cuando son acosadas por un pervertido que juega con ellas y las toca como si fueran juguetes. Y no solo eso, puede que esa mujer en ese momento lo esté pasando mal, que vaya en metro a visitar a un familiar enfermo, o a una entrevista de trabajo a la que va nerviosa, y no tiene ninguna necesidad de pasar un mal rato porque a un salido le entre ganas de tocarle el culo. Si lo que quiere es llamar su atención, hay mil y una maneras de llamársela, y estoy completamente seguro de que con esos gestos no conseguirá que se centre en él, sino que por el contrario, deseará perder de vista a ese hombre desesperado que necesita tener un cachete de un culo en la mano para poder sentirse feliz.

    Alberto Reina Madueño 4º ESO D

    ResponderEliminar
  2. Es prácticamente imposible el evitar que al paso del género opuesto, éste no despierte cierto revuelo o atracción sexual, unos más, otros menos, unos lo disfrutan más y otros menos, pero siempre habrá alguien en quien despierte cierto deseo sexual. Tanto la mujer como el hombre. Y esto no es malo, ni que nos hubiéramos convertido en unas máquinas con la capacidad sexual inhibida. Somos personas, seres humanos, que no podemos evitar tales reacciones naturales, pero por eso mismo, porque somos en teoría personas, también debemos controlarlas o ser conscientes de en qué medida podemos expresarlas.
    Si la mujer es mayoritariamente la víctima de este tipo de situaciones es debido a todo el costumbrismo que lleva soportando. Allá, para cuando el hombre aún se encontraba en pleno proceso de convergencia entre el mono y el ser humano, la mujer era vista como la máquina reproductora de la tribu, y el hombre se limitaba a tirar piedras para manifestar su fuerza y atraer a la fémina en cuestión. No hemos cambiado mucho, ahora no tiramos piedras, pero sí que algunos proferimos ciertos sonidos que escapan de lo racional, como completos salvajes, no sé con qué finalidad, por cierto. Me gustaría intentar comprender qué esperan obtener esos hombres apostados en una calle desierta, atemorizando a la primera chica que pasa con sus “correctos” y “corteses halagos”. ¿Es que así apaciguan el tormento que les genera ver alguien del género opuesto? ¿Cómo se sentirían de ser la situación contraria?
    Y más aún, es bastante incomprensible, el que algunas personas de ambos sexos se sorprendan cuando ante determinados “piropos”, la chica se da por ofendida. ¿Acaso debería de sentirse agradecida una de recibir tales halagos?
    Si, encima, extralimitamos esta situación y ya el acosador en cuestión se ve con el total derecho de apropiarse no sólo de la tranquilidad y dignidad de la persona, sino además del roce o contacto con cualquier parte del cuerpo de una chica que le atrae, esto se vuelve repugnante. En esta sociedad todos poseemos ciertas necesidades, pero eso no implica que alguien se apropie de la cartera de otro porque necesita dinero o arrebate el trozo de pizza al que está comiendo porque tiene hambre, ¿por qué arrebatando igualmente algo a alguien con este manoseo innecesario no se genera el mismo efecto tras su conducta en las personas? Al menos Londres sí se toma esto en serio y quizá allí esta campaña sea efectiva y nos sirva como modelo para ponernos por aquí las pilas.

    Paula Macías Pardo 1º Bachillerato B.

    ResponderEliminar
  3. Maria de la o Gómez León 1º bach B4 de mayo de 2015, 10:20

    Porque tenemos que soportar que ciertas personas sin una educación o mejor dicho sin una razón nos manosee en un servicio público o nos acribillen con palabras obscenas por mitad de la calle. Acaso tiene que liberar sus hormonas cuando ven algo que les puede gustar o parecer agradable. Por algún tipo de razón tiene el derecho a eso, por casualidad el tiene más derecho que yo a pasear por la calle de manera tranquila o montarse simplemente en el metro , una acción que es para todo el mundo.
    A todo el mundo nos puede complacer o atraer algo y decir ¡Que agradable es ver eso! o simplemente ¡Me gusta!, pero este tipo de adjetivos se le puede decir a un objeto o al escuchar una noticia, pero no a una persona. Podemos pensar ciertos actos, que nuestra mente puede imaginar ya que esta es libre, pero no realizarlos, porque lo que tu mente piensa no tiene porque desearlo los demás . A veces las mujeres que son las que más soportan este tipo de acoso tenemos que tolerar que personas realicen actos desagradables y hacernos sentir mal y ya no es solo eso como un objeto si no como fuéramos algo que tu puedes tocar o insultar a tu antojo.
    Escuchar que atienden 1900 casos de acoso y violación en el metro me indigna, quien tiene más derecho que yo a utilizar la vía publica. No soy una animal al que tengas que cortejar con piropos que hoy en día no son piropos si no insultos hacia la mujer. Somos personas razónales. Hemos soportado durante mucho tiempo que caminar por callejuelas no sea para relajare o simplemente para acortar el camino, si no para encontrarte cualquier descerebrado que no tiene otra cosa mejor que hacer que darte la lata con "halagos". Pero que se creen que vamos a impresionarnos con eso, que vamos a ir a sus pies o algo por el estilo. Pues no. Pero lo más fuerte de todo es que si los insultas o le dices algo o bien si es una persona "educada" o se dice en medio de un público, te toman como una tonta como si lo que hubiera pasado te lo hubieras inventado o fuera mentira; lo que me hace indignarme más, pero en cambio si no es una persona de cierta manera tan educada o es en mitad de la calle se quedan mirándote como si lo que te hubieran dicho te tienes que sentir agradecida por ello. Pero porque no os ponéis vosotros en nuestra piel. Esto es un acoso porque hostigar a una mujer no es solo violarla o no dejar que haga lo que quiera, también es tocar algo que no es tuyo ni tienes permiso, igualmente es piropear a una mujer con "obsequios" que a nadie le gustaría que le dijeran.
    Volviendo al principio la respuesta es NO; en grande y en mayúscula. Nadie tiene más derecho que nadie por ser mujer o hombre ha dejar que se le toque o se le insulte, el mundo es de todos y hay que respetar a cada habitante de este planeta, las mujeres también tenemos derecho a disfrutar de instalaciones publicar o a acortar el camino porque se llega tarde. Luchemos por que este tipo de actos poco a poco desaparezcan, porque si tú te quejas ya das un paso más y poco a poco conseguiremos que muchas más mujeres protesten y den una gran zancada más contra el acoso.

    ResponderEliminar
  4. A pesar de que se ha dicho mucho acerca del abuso sexual y se ha discutido sobre castigos para los abusadores aún queda la ayuda para su prevención. Creo, que la iniciativa que ha tenido dicho ayuntamiento es perfecta. Poco a poco, granito a granito algo se consigue.
    Pienso que eso que dicen de que los abusadores son sujetos extraños o marcadamente anormales es incierta pues se ha encontrado que pueden ser de cualquier raza, edad... Puede ser hasta tu amigo, un familiar o cualquier persona que está sentada cerca tuya en el metro.
    Siempre que ocurre algún tipo de agresión sexual un elevado número de agresores se justifica con la vestimenta o personalidad de la víctima. Pues bien, una cosa queda clara, una mujer puede ir desnuda a la calle o con un burca que la culpa siempre va a ser nuestra y todo esto cada vez que lo escucho me entra rabia, una rabia inmensa en el cuerpo que no puedo con ella es increíble que sea nuestra culpa por nuestra forma de actuar, de hablar, de vestir. Sigo sin creérmelo que esos enfermos porque pidiendo disculpas son enfermos no tengan otra mejor excusa. ¿De verdad ellos mismos se creen sus propias mentiras? es más ¿En serio piensan que el resto de individuos que forman el planeta van a poder tragarse semejante cuento?
    Mirando el papel de la víctima ante estas situaciones pienso que es miedo, somos inferiores por tener menos fuerza o ser mas pasivas ante estas agresiones. La de este vídeo es una agresión inferior comparándola con el resto pero no deja de ser agresión sexual porque es mi culo, mi cuerpo y mi dignidad. Pensamos que somos inferiores y que quizás porque nos hayan cogido el culo estamos sacando las cosas de quicio pues no porque, quizás ese hombre mañana sale en la televisión por haber violado y matado a cualquier otra chica porque en un callejón tenía oportunidad y en el metro lo único que tuvo contigo fue la oportunidad de "arrimarse"
    Cuanto antes hagas algo a todo aquello que una serie de sinvergüenzas hace mejor porque nunca se sabe a qué grado de locura puede llegar esa gente si se les puede llamar gente.

    ResponderEliminar
  5. Lo primero que hecho al ver el vídeo ha sido llamar a mi madre para que lo viera porque yo misma no era capaz de creerlo. En mi caso, he tenido la suerte de no me ha ocurrido nada de eso, pero si tengo amigas que en fiestas le ha pasado.

    Es imposible creer que siga habiendo personas con tan poca educación y poco respeto en nuestra sociedad actual. ¿Cómo es posible que ese tipo de personas tengan la mente tranquila después de hacer una barbaridad así?
    Da vergüenza la actitud de víctima que adopta el acosador cuando le recriminas de sus actos. ¿Cómo tienen la poca vergüenza de encima sentirse la víctima? Este tipo de personas hace que te replantees que la sociedad sigue siendo igual de animal y cavernícola que hace unos años.

    Si alguna vez viera a alguien haciendo eso, sea amigo, familiar o desconocido, yo le diría algo a esa persona, para que se sienta abochornado y sepa que eso no se debe hacer. Si alguna vez me pasara a mi, le diría cuatro palabras y me daría igual que esa persona me llamara mentirosa o se hiciera la víctima, hay que encararlo y parar ese tipo de cosas.

    PD: Muy buena la campaña de nuestros vecinos los británicos, seguro que es efectiva.

    María Quesada Martín. 1ºBach B

    ResponderEliminar