20 de septiembre de 2016

Hasta el infinito y mas allá


Esa era la frase mi personaje favorito de Toy Story. Ante la incredulidad de la panda de juguetes, Buzz se obstinaba en volar y en abordar otras heroicidades extraplanetarias. Pues ese es nuestro plan: hasta el infinito y mas allá. Parece que todo está en contra: se presenta un curso complicado, inseguro, con mucha crispación. Y parece que el mundo no se ha tomado vacaciones porque asomarse a los informativos es seguir contemplando una película de terror tristemente real.
Pero vamos a seguir luchando con nuestros medios. En este caso, con la palabra. El grupo Aequitas25 va a seguir funcionando y se va a ampliar. Vamos a continuar intentando salir de las fronteras del Juande. Este año nuestra Julia se va a Madrid pero está dispuesta a compartir con nosotros y nosotras lo que aprende en una asignatura sobre violencia de género en que se ha matriculado dentro de la carrera de Medicina. Paula se sumerge en un territorio tradicionalmente masculino y está claro que tendrá mucho que decir. Seguro que Vicky quiere seguir contándonos experiencias sobre sus voluntariados. Y Mady tiene todavía mucho arte que aportar. Y así, más.
Estamos los de siempre y también quienes no están este año en el Juande. Porque Natalia e Inma seguirán en sus centros luchando por la igualdad. Y como personas mágicas que son, conseguirán hacerlo allí y aquí. De hecho, de aquí no se han ido nunca... Y Patricia y Amalia continuarán trabajando para que el deporte femenino no tenga género. Y así, muchas y muchos más...
En la foto aparece un grupo de niñas y niños entrañables. Tres son hoy miembros de Aequitas25. ¿Qué soñarían en aquellos momentos? ¿Qué sueñan ahora? Me encantan sus miradas, brillantes ante un mundo nuevo. Tal vez necesitamos eso: ojos muy abiertos, miradas llenas de curiosidad, sueños para construir una sociedad que desbanque de una vez a esta que ya no funciona. Lo que no creo que imaginaran esas crías y críos de la foto es que hoy, ya, aquí, están contribuyendo a que la hermosura, la solidaridad, la empatía, la igualdad venzan al egoísmo, la discriminación, la violencia y otros monstruos peligrosos.
Así que adelante ¿Quién dijo miedo? ¿Quién se rinde? ¿Quién no puede mas? ¿A quién le vence el cansancio y el desánimo? A NADIE.
Hasta el infinito y más allá.


5 comentarios:

  1. La infancia, ese momento mágico de la vida que se va alejando poco a poco dando lugar a los periodos conocidos como adolescencia y madurez.
    Para mi la infancia es un lugar del que me niego a emigrar, no quiero perder la ingenuidad ni la sonrisa inocente, ni la capacidad de sorprenderme ni de curiosear donde nadie me llama.
    Mi particular infancia donde están todos mis amores de verdad, los de las entrañas y vísceras sanguíneas para que me recorran cada día desde la cabeza hasta los pies.
    Con esa energía empezamos un nuevo curso, me siento feliz por poder compartir mi infancia con muchos y muchas del grupo, y porque me recorréis desde la cabeza hasta los pies como siempre fue.
    Hay un amigo aquí!

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  2. No se puede contestar nada a escritos como éstos porque todo queda dicho y tan bien dicho...tan sólo se puede repetir: yo también quiero ir hasta el infinito y más allaaaaaaaá! Y después echar a volar, cada cual en busca de sus sueños...

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  3. Recuerdo mi infancia como si todo hubiese ocurrido ayer. A veces la recuerdo demasiado y me paro analizar cómo fue, y el por qué de cómo soy a día de hoy, lo encuentro en ella. Apuntaba maneras desde muy pequeñín. Era un niño preguntón, que se lo cuestionaba todo y que cuando no entendía algo exigía una respuesta coherente para satisfacer su curiosidad. Siempre fui muy inteligente y metía a mis padres en apuros con respuestas que quizás jamás pensaron que respondería un crío con esa edad, porque a veces intentaban satisfacer mi curiosidad con respuestas que yo sabía que no eran del todo correctas. Sabía de todo, de absolutamente todo y como el que más. Era un pequeñajo que tenía toda la timidez que ahora no tiene, pero siempre con carácter, con pensamientos claros, directo y sin miedo a que los demás pensasen completamente diferente a mí. Me recuerdo siempre diciendo que quería ser mayor para ser alto y poder verlo todo como lo ven los mayores, y además, ser mayor sobre todo para saber más y más.
    Sí, creo que ahí fue cuando mi personalidad comenzaba a marcar los rasgos que ahora adopta. Sinceramente creo que llevaba la razón en que quería ser mayor y no me arrepiento de ello. Maduré antes que todos los demás chicos de mi edad y sin lugar a dudas creo que el saber te da el poder. El poder pensar con tus propios criterios, el ver la vida de una manera diferente, el madurar al fin y al cabo. ¿Ahora soy lo que soy porque así me educaron? Para nada. Soy como soy porque yo he querido ser así, porque he sido siempre muy crítico con todo y porque quizás dentro de mis valores no entraban algunas formas en las que mis padres me educaban. Por eso a veces en la vida marca más una persona con personalidad, que otra sin ella.
    Una persona sin miedos, sin cansancio, que nunca se rinde… ¿No es eso lo que queremos en Aequitas? Y sí, aquí estamos, peleando por cambiar la sociedad, por abrirle los ojos a la gente, por hacer que toda la vida que nos queda tenga una perspectiva diferente. Quizás me esté poniendo demasiado filosófico para ser un adolescente con tan solo 17 años, pero creo que es necesario que todos, en algún momento de nuestra vida, comencemos a darnos cuenta de cómo funcionamos, de que funcionamos mal y que tenemos que cambiar. (+)

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    1. (+) Me sentí ayer la persona más feliz y orgullosa del mundo cuando leí en un artículo del periódico que unos jóvenes sevillanos protestaron contra los roles de género. De verdad, creo que la educación que hemos merecido siempre se está cumpliendo y la sociedad está cambiando de una vez. No me refiero a la maldita LOMCE que tanto daño está haciendo, no. Me refiero a la gran influencia de los profesores de hoy día. Profesores que luchan por la igualdad, por los derechos humanos, porque estemos formados moral y éticamente de la mejor manera posible. Eso es lo que me hace feliz, el que fuera del temario por el que nos tenemos que regir haya personas que luchan por cambiar la sociedad, por hacer de ella algo mejor, por hacer propuestas arriesgadas, por mantenernos informados de todos los males y bienes de este mundo… Como este blog.
      Quizás el entrar en todo esta dinámica me haya hecho ver la vida con mejores ojos aún. El que nos formen correctamente de manera indirecta con la publicación de entradas y la elaboración de tareas por parte de la coeducación del instituto ha sido quizás la mejor forma de hacernos ver las cosas de otra manera. Es bonito saber que cada vez somos más los que luchamos por nuestros derechos y por una igualdad plena. Es bonito saber que los que se fueron un día de este instituto estén promoviendo todo esto allá donde van. Es bonito participar en un proyecto y en un blog como este porque sinceramente te hace crecer como persona y madurar más aún de lo que pensaba que maduraría cuando era pequeño.
      Por eso recuerdo mi infancia con nostalgia, porque quizás fueron los comienzos de un camino que el destino quería que cruzara para llegar a donde estoy ahora y alcanzar así unos valores, una moral y un grado de conciencia social que pueda ayudar al cambio de toda esta sociedad. Es bonito como he dicho poder hacer todo esto por gusto y porque realmente es necesario, pero es más bonito aún cuando todo el esfuerzo y empeño tienen su recompensa.

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    2. Estoy contigo, Óscar. Este blog ha sido en los últimos años y es, hoy por hoy, una de las cosas más hermosas y más necesarias del instituto. Gracias, Leonor.

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