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21 de marzo de 2017

No te cortes

No tienes por qué callar. Si tienes algo que sugerirnos, este es tu sitio. Si  tienes una queja y no sabes a quién acudir, escribe y echa una nota en el buzón. Si eres víctima de acoso, discriminación, machismo, sexismo, xenofobia, homofobia... no te calles. Escríbenos, que haremos todo lo posible por ayudarte. Si no eres víctima pero miras y ves, habla, escribe; porque si no, serás tan culpable como el más culpable. Si tienes alguna idea para mejorar el clima del centro, la convivencia, el buen entendimiento, ya sabes cómo contactar. Si trabajamos juntos y juntas, llegaremos a algo. No te cortes. No te calles. No te tapes los ojos. Mira. Habla,. Exprésate. El mundo solo cambiará si nos implicamos todos y todas. Este es tu buzón. Este es tu cauce. Estamos deseando escucharte y colaborar. 
Gracias.
 

30 de enero de 2017

El extranjero me abre la mente

Ayer un antiguo compañero de casa, hijo de españoles y nacido en Venezuela, se pasó a recoger el correo extraviado. Me alegró mucho saber que otro antiguo compañero había conseguido un nuevo trabajo en uno de los circuitos más importantes de Inglaterra. Este chico, nacido en la India con título universitario y Máster ambos ingleses, es una de las personas más brillantes que conozco y sinceramente, se lo merece. 'Pero… qué es eso de "sort of" ¿le han dado el trabajo o no?' Mi amigo me explicó que en la empresa lo quieren, pero que no podían contratarlo aún hasta resolver el visado, gran barrera que castiga a los no europeos (por ahora) en este diverso e intercultural país. Para mi sorpresa, el problema no era esta vez el tedioso papeleo, ni los interminables plazos, ni la no disposición del equipo de la empresa para contratar a un no inglés. La razón era la propia oferta de trabajo en sí. Al parecer, para contratar a mi colega debían demostrar que la oferta había sido pública durante al menos 6 meses y no habían encontrado ningún otro candidato en ese tiempo. Básicamente un candidato inglés con menos cualificación, menos experiencia y menos cualidades podría arrebatarle alegremente la plaza y quedarse tan a gusto en su roñosa casa, atiborrándose a curry indio tikka masala (versionado para paladares ingleses) y ahogándose en litros y litros de té "made in India". 'Y se va a poner peor!' añadía mi antiguo compañero. Porque esto es ahora y todavía sin Brexit. Porque la realidad siempre ha sido ésta, porque no nos quieren.
En mi empresa, un doctor jefe de equipo, sensato, muy muy brillante, sociable, abierto y con todas cualidades tolerantes de las que normalmente y muy habitualmente carecen los locales, votó a favor del Brexit. Su equipo está formado por ingenieros extranjeros de Polonia, Italia, China y España. Trabajadores entre 25 y 30 años que vinieron muy bien formados (mucho mejor que la mayoría de ingleses) de sus países de origen a desarrollar la economía de éste su país. “La crema”.
Ceguera, o como dirían mis antiguos profesores de ingeniería, un error de conceptos. Ellos, los locales, piensan que venimos a arrebatarles los maravillosos beneficios, derechos y placeres de su clima, su gastronomía, sus salarios y su “ill-defined” sociedad. La realidad es otra. Venimos porque no tenemos otra opción, no queremos estar aquí y no nos gustan ni su té, ni sus “beans”. Ya era bastante duro emigrar, pero gracias,: cada golpe me hace más fuerte y aumenta mi resentimiento acumulado.
¿Y en serio nos preguntamos por qué ocurren los delitos de odio? ¿Por qué los jóvenes se radicalizan?
Al menos a mí no me matan en mi país de origen.
Clara Marina, colaboradora del grupo Aequitas25


29 de octubre de 2016

Brexit. ¿Una puerta hacia el racismo?






Desde 1975, Inglaterra ha estado continuamente debatiéndose entre el sí o el no a la Unión Europea, hasta que el 23 de junio de este año el Sí se impuso con un 52% de votos al No, con un 48%, desembocando así en la salida de Inglaterra de la Unión Europea.

Tras esto, ha aumentado significativamente el odio racial, causando así conflictos xenófobos en el país británico. Los más afectados son especialmente la minorías musulmanas, así como los polacos, la gente de color o los soviéticos. Algo parecido a lo que ocurrió décadas atrás en la Alemania nazi, donde se discriminó a todo aquel que no perteneciese a la raza aria. Un claro ejemplo discriminatorio es el de la exdiputada conservadora Shazia Awan, que a pesar de ser una ciudadana británica fue acosada en las redes sociales por sus raíces hindúes. Esto también ha sucedido con nuestros paisanos, como algunos que fueron insultados en un autobús por una pasajera británica en estado de embriaguez. Existen otros casos que han resultado bastante polémicos, como el que tuvo lugar hace unos días en el metro de Londres y ha sido foco de muchos medios españoles y extranjeros: una mujer española persiguió al agresor de su marido de origen bandaglesí tras ser atacado. O como el de Glasglow, donde ciertas personas comenzaron a colgar por las calles numerosos carteles de carácter neonazi en los cuales se invitaba a los extranjeros a hacer sus maletas y a abandonar Inglaterra.

Bajo mi punto de vista, estos actos inhumanos no deberían ser tolerados en ninguna parte, ya que ninguna persona tiene por qué recibirlos. Deberíamos permanecer unidos sin importar nuestra religión, raza, ideología o color de piel; porque si sigue sucediendo lo contrario, podríamos estar ante las puertas de a una Tercera Guerra Mundial causada por personas ignorantes,  irresponsables y exaltadas como estas. Y por los muchos intereses que hay detrás de estas personas.
Luis Gutiérrez-Ravé, colaborador de Aequitas25