El pasado martes, antes del estreno por la tarde del documental "Ni diosas ni muñecas", María Gómez Risquet interpretó para los asistentes un solo de danza. Ella nos transmitió durante poco más de tres minutos que el baile es algo más que una técnica aprendida en una academia o en un conservatorio. Creo que todo el público lo sintió:belleza, pasión, emoción, armonía... La danza no es algo femenino; lo reivindicó ella misma en la película en la que participó. Así que no hacemos esta entrada porque María sea una mujer sino porque con su actuación nos regaló una muestra de lo que nos une como personas, tanto a hombres como a mujeres: el arte. Qué hermoso punto de partida para construir la igualdad que tanto falta en un mundo tan inhóspito. Tal vez sea un planteamiento un tanto utópico. Pero este blog está muy lleno de realidad. Por una vez, disfrutemos de los sueños. Gracias, María, una vez más.
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