2 de febrero de 2017

La mujer en el mundo de la sanidad: entrevista a Mª Carmen Sánchez Cornejo


     Mª Carmen Sánchez Cornejo es diplomada en Enfermería en la Facultad de Enfermería  de Sevilla (H.U.V. Macarena promoción 1993-1996).
    Trabajó en el SAS en el Servicio de Hemodiálisis del H.U.V. Macarena y en la empresa privada concertada con el SAS, Fresenius Medical Care. Su experiencia profesional sanitaria está fundamentada en el cuidado y tratamiento de hemodiálisis de los enfermos/as nefrológicos.
     En el 2010 obtiene plaza de funcionario de carrera en el cuerpo de Profesorado Técnico de FP de la especialidad de Procedimientos Sanitarios y Asistenciales. El primer año de docente fue profesora en el IES Fuentepiña de la ciudad de Huelva. Desde el 2011 imparte clases en el IES Ilipa Magna de Alcalá del Río, siendo este su destino definitivo.
    Durante dos cursos ha sido jefa del Dpto de FEIE (Formación Evaluación e Innovación Educativa del IES Ilipa Magna) y desde el 2015 desempeña la labor de vicedirectora en este centro. Ha sido coordinadora de un Proyecto de Innovación Educativa, actualmente desarrolla un proyecto ERASMUS y lidera un grupo de trabajo para la consecución de la Carta Eche para el IES Ilipa Magna, imprescindible para la movilidad del alumnado de grado superior de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico que permitiría la realización de la FCT en países europeos.

1.     Como mujer en el sector de la sanidad, ¿has sentido alguna vez diferencias entre compañeros tuyos, ya haya sido en vestimenta, trato o trabajo?
   La verdad es que he sido una enfermera afortunada, puesto que no he tenido que padecer la discriminación sexista en la vestimenta. Si tengo amigas sanitarias que en una empresa privada han tenido que utilizar cofia y vestido, mientras sus compañeros iban sin cofia y con un uniforme compuesto de una camisa y unos pantalones. Es una situación que me parece alucinante que ocurra en pleno s. XXI.
    En Sanidad he trabajado en el sector público y privado y no he notado ninguna diferencia en el trato, ni entre compañeros ni con mis superiores. Aunque yo tenga una experiencia muy satisfactoria en este aspecto, no puedo obviar que conozco algún caso de acoso sufrido por compañeras y ejercido por su superior directo, aunque no sea una situación habitual en Sanidad.
    Lo que sí es cierto y ha sido muy llamativo para mí, es el hecho de que, existiendo un alto porcentaje de enfermeras respecto a enfermeros, los puestos de supervisión suelen estar copados por hombres. Se habla mucho de los techos de cristal para las mujeres y creo firmemente que para acceder a puestos de alta responsabilidad existen esas limitaciones veladas. Pero también pienso que las mujeres muchas veces renunciamos a cargos de responsabilidad por priorizar nuestra dedicación a la familia, por no creernos capaces o por evitarnos complicaciones, entre otras muchas razones y pienso que debemos ser valientes y lanzarnos a la conquista de nuevas responsabilidades. Es una manera de ir cambiando esta sociedad e ir demostrando a las nuevas generaciones que las mujeres somos igual de capaces que los hombres en el desempeño de las funciones organizativas y de liderazgo que conllevan los puestos de responsabilidad.
    A nivel personal puedo decir que, en mi experiencia en educación, haber sido Jefa del FEIE y actualmente vicedirectora ha supuesto un crecimiento personal y profesional que no hubiera desarrollado en un puesto exclusivo como docente. Es cierto que estos cargos implican una gran dedicación, que extralimita el horario laboral, pero la satisfacción y el aprendizaje que me reporta compensa el esfuerzo realizado
    Por otra parte, si queremos que nuestra sociedad sea más igualitaria, el equilibrio en responsabilidades y tareas tenemos que llevarlas al hogar. En una sociedad donde la mujer tiene asignada tareas propias por ser mujer, no se puede avanzar hacia la igualdad. Por ello creo que nuestros hijos e hijas tienen que educarse en familias donde las tareas no sean asignadas por sexo y que las expectativas no estén mermadas por haber nacido con los cromosomas XX o XY. La igualdad empieza en las familias, llevándose al trabajo, a la escuela y a la sociedad.
     Por todo ello, yo como madre voy a potenciar siempre las cualidades de mis dos hijos y de mi hija, sin que el sexo sea obstáculo para llegar a donde quieran. Como educadora voy a intentar fomentar el trabajo en grupo, donde el alumnado sea consciente de que hombres y mujeres suman siempre que trabajemos en igualdad de condiciones.

2.      ¿Piensas que hay ciertas profesiones que están sexualizadas? 

    Socialmente existen profesiones que son de mujeres y otras de hombres. Evidentemente esto es una realidad difícil de atajar, pero no imposible. Aquí los educadores tenemos mucho que aportar, porque en primera línea vemos como las aptitudes y capacidades no tienen sexo, sino que vienen en las personas ya sean hombres o mujeres.
    Ojalá llegue el día en que se pueda elegir la profesión solo en base a las aptitudes y expectativas de la persona y no estén actuando los roles sexistas de nuestra sociedad actual.
    
3     ¿Has tenido alguna vez problemas a la hora de encontrar trabajo por el hecho de ser mujer? 

    Afortunadamente no. Solo he desempeñado dos profesiones en mi vida laboral, la de enfermera y la de profesora y en ninguna de las dos he tenido ningún problema.
   
4.      ¿Qué mensaje o consejo le darías a una mujer que vaya a entrar en la rama de Sanidad? 

    Pues basándome en lo que yo he vivido y en las experiencias transmitidas por mis amigas sanitarias, animaría a todas las mujeres que entran en el mundo de la sanidad a que no se sientan menos capaces que sus iguales varones y que bajo ningún concepto permitan descalificaciones o situaciones de indefensión causadas por compañeros o por superiores.
    Las animaría a no declinar una oferta de responsabilidad rápidamente, sin haber barajado serenamente todas las ventajas e inconvenientes que ello conlleva.
    Me gustaría terminar con dos frases de Indira Gandhi, política y estadista india. Se las dedico a los futuros hombres y mujeres que van a conformar la sociedad de nuestro futuro próximo:
     “Para liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres, sino libres en sus capacidades y personalidad”

    “Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo, no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes”

     Cristina Velázquez, colaboradora del grupo Aequitas25


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