31 de marzo de 2016

"COSAS DE HOMBRES"

"Señores, vamonos fuerte pa' arriba, que esto es trabajo de hombres y se nos ha encomendado la tarea de llevar estas imágenes hasta la catedral" Capataz J.Z.

Bien es sabido que la comunidad eclesiástica siempre ha tratado a la mujer en inferioridad de condiciones con respecto al hombre y ha tratado a este como un ser poderoso y con derecho a mucho más. Pero los tiempos cambian, y con ello la forma de pensar y actuar.

La semana pasada fue Semana Santa, esa fiesta que hace culto a la pasión de Cristo. Pero parece ser que por muchos años que pasen, en ese mundillo las cosas no cambian.
No tan antiguamente las mujeres tenían prohibido acompañar a las imágenes de las hermandades de las cuales eran devotas. ¿Por qué? Ya lo dice este capataz, es "cosa de hombres".

No fue hasta el año 1987 cuando la hermandad de Vera-Cruz permitió por primera vez a la mujer hacer estación de penitencia hasta la Catedral de Sevilla.
Las últimas hermandades que cedieron ante absurda prohibición fueron El Silencio, El Santo Entierro y La Quinta Angustia en el 2011. Así ya todas las hermandades permiten a las mujeres de su hermandad procesionar.

Parece mentira que después de esto, aún haya personas que para motivar a los hombres que van debajo de los pasos digan barbaridades como la citada al principio de la entrada. Pero aún hay más.

Ninguna de las 60 hermandades que hacen su camino a la Catedral permite que sus pasos sean llevados por mujeres. Para poder ver algo así, debemos ir a La Campana, un pueblo de la provincia a 54 kilómetros de la capital, donde desde los años 90 los pasos de la Humildad y Paciencia son sacados por cuadrillas de costaleras.

Tal vez lo que comento os parezca anecdótico. Yo creo que no: como poco, hace pensar un  poco, ¿no?

María Barajola Marín, colaboradora del grupo Aequitas25


9 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Creo que esta bastante claro, lo que se puede llegar a pensar con respecto a esta entrada. Desde hace años las mujeres no solo no tienen “derecho” a llevar sobre sus hombros un paso, sino que tampoco tenemos derecho a vestirnos como nos apetece porque siempre seremos miradas de forma un tanto desagradable. Y ya no solo es eso, hay mucho mas, pero no voy a explayarme ya que no va de esto el tema.
    Bajo mi punto de vista una mujer si quiere y puede, debe ser costalera, dejando a un lado el tiempo que lleve esperando para ello, pues también hay que tener en cuenta el tiempo que cada cual espera en esa ansiada lista (supongo que la habrá) a que le “toque” el turno ese año de ser lo que desea, costalero/a. Bueno si bien es por el hecho de ser mujer, lo cual veo completamente injusto, si es porque esa mujer puede tener “posturas soeces” como he visto en una noticia de hace varios años atrás, explicando, la cofradía en este caso, que la prohibición a estas dos mujeres de ser costaleras era por evitar esas “posturas soeces” que he mencionado anteriormente...sin comentarios. Ahora, sí puedo llegar a entender que hay diferencias que existen entre ambos sexos, el femenino y el masculino. Una de esas diferencias es la fuerza física (evitando las excepciones). Puedo entender que una procesión al pesar tanto sea más fácil ser llevada por 45 costaleros que por 80 costaleras pues las mujeres claramente tenemos menos fuerza. Pero eso no impide o no tiene que ser motivo para prohibir a estas mujeres el deseo de salir, porque algo que se hace por placer ni se siente ni se padece, y aquella mujer que desee tanto o más hacer lo que los hombres llevan haciendo años y años tiene el mismo derecho. Sin excusas ni prohibiciones ni ningún tipo de queja, basta ya de llevar el mismo cuento a todos lados, las mujeres siempre menos, por favor...las comparaciones siempre serán odiosas, así que dejemos las diferencias a un lado y empecemos a mirar las cosas como deberían ser.
    ÁNGELA OLIVA 2BACH D

    ResponderEliminar
  3. No solamente son esos pequeños grandes detalles que menciona mi compañera María los únicos que podemos observar en nuestra tan nombrada Semana Santa sevillana… Tanto ella como yo, como buenos cofrades que somos, lo sabemos. Y lo sabemos como nadie porque posiblemente nos hayamos fijado en diversos detalles en nuestras hermandades, una de las cuales compartimos.
    Regla número uno si quieres realizar estación de penitencia en una hermandad: “no llevar las uñas pintadas (ni de pies ni de manos) y no ir maquilladas (especialmente ojos).” Releer esa frase un par de veces y seguro que algo nos puede “chirriar”. Maquilladas, femenino plural. En una simple frase comenzamos con esas pequeñas pinceladas… Unas pinceladas que se dan en hermandades con hermanas nazarenas, porque claro, los hombres ahora en el siglo XXI no se maquillan... Siempre hay alguno por ahí que rompe la regla pero, ¿por qué va dirigida a mujeres esa norma? Al igual que esa otra que prohíbe llevar zapatos con algo de altura o tacones, en cierto modo también dirigido a mujeres pero con algo más de tacto.
    Sigamos pues con esos matices que hacen que yo me divierta cada año cuando entro por la puerta de la Iglesia con mi cara cubierta mientras observo detenidamente todo lo que a mi alrededor respecta en esos minutos previos al comienzo de mi estación de penitencia. Diputados de tramo, esos señores que dirigen el cortejo de nazarenos, que lo mantiene en orden, que ayuda a sus miembros. Diputados. Señores. Nada de mujeres. Bueno sí. Es un caso “especial” y a la vez gracioso de contar. Yo realizo estación de penitencia desde hace 8 años en una hermandad y desde hace 5 en otra. Una es de pueblo y la otra de ciudad. En una el cortejo es de unos 400 nazarenos, mientras que en la otra es de unos 2100 nazarenos. En esos 8 y 5 años tan solo he visto una chica que sea diputada de tramo en la hermandad. UNA. Una chica joven, diputada de tramo. ¡Oh, por fin conseguimos la proeza! No. No nos engañemos que esa chica se ocupa del tramo en el que van los más peques de la hermandad, los mas traviesos, inquietos… Todo para ella. ¿Quién mejor que una chica joven habituada con una sarga blanca, una capa, un capirote, dos pinganillos, un bastón, una cesta y su comida para hacer esa simple tarea? La mar de cómoda que tiene que ir.
    Aquí no acaba la cosa. Existen ciertas personas en el cortejo que el día grande, el día en el que salen a procesionar los pasos se dedican a diversas tareas muy sencillas y cómodas. Tareas tales como: coserle los escudos a esos chicos a los que sus papis/mamis no se los han cosido bien y se les caen, traer y llevar agua a los críos que la piden a gritos un Domingo de Ramos con 35 grados de cara, atender a esos peques que se encuentran mal y necesitan llamar a sus padres para que vengan a recogerlos… Y así una larga lista de tareas que han sido asignadas a… Venga, sé que lo estás pensando. No es difícil. Mujeres. Una vez más.
    Parece que sea súper exhaustivo con este tema y lo mire todo con lupa, pero el mundo eclesiástico es muy machista en estos aspectos. Tengo la suerte de no observar detalles muy allá porque por suerte en mis cofradías se les permiten a las mujeres realizar estación de penitencia; pero aún me cuesta ver a un gran número de mujeres en ciertas bandas donde parece ser que aún no se las deja tocar. Eso sí, no he presenciado en mis 17 años casi de vida a una mujer bajo un paso… Ni he conocido aún a una Hermana Mayor de alguna hermandad, ni a una mujer en el Consejo de Hermandades de Sevilla…
    Es increíble hasta que punto nos podemos poner tiquismiquis con este tema pero es que todos somos personas y tenemos los mismo derechos. No por ser hombres o mujeres debemos ser en cierto modo discriminados en diversos ámbitos. Y sí, la Semana Santa en Sevilla por desgracia es cosa de hombres y espero que no por mucho tiempo.

    Óscar García Portero 1ºA

    ResponderEliminar
  4. El machismo es algo que está presente en nuestros días, incluso en la semana santa. Como bien dice el texto, en ninguna hermandad de Sevilla capital dejan salir a costaleras, y esto es, entre otras cosas, porque a la mujer desde siempre se le ha tratado como la débil, la frágil; mientras que el hombre es el fuerte. Creo que es un grave error porque debe existir paridad, igualdad hasta debajo de un paso, ya que en mi opinión los grupos de trabajos mixtos funcionan mejor.
    También es cierto que algunas mujeres son reacias a meterse debajo de un paso, bien porque dicen que pesa mucho o bien porque es malo para la salud. Pero no tienen porque ser costaleras, los capataces y contraguías (ayudantes de los capataces) también llevan el paso, y todavía no he visto a ninguna mujer ejerciendo esa función.
    En una hermandad, más concreto en una cofradía, participan más miembros, por ejemplo nazarenos, que como dice el texto hasta hace poco no dejaban salir a mujeres; los diputados de tramos, que son aquellos que organizan los tramos de nazarenos y de ellos depende guiar y llevar la cofradía cuando sale a la calle. Yo formo parte de un grupo de diputados, y tengo que decir que somos unos 25, de los cuales hace 3 o 4 años cuando entré, solo 2 eran mujeres, y a día de hoy hay 4 mujeres, parece que poco a poco vamos evolucionando; por último, pero no menos importante, existen los aguadores, que son aquellos que se encargan de dar agua a los costaleros, pues aún yo no he visto ninguna mujer haciendo está actividad.
    Seguimos viviendo en una sociedad machista, llena de “prohibiciones” para las mujeres; ha salido el ejemplo de la semana santa, pero se pueden poner muchos más. Creo que hay una ligera tendencia a que las mujeres se vayan introduciendo en donde antes no podían estar, pero es un proceso que va muy lento, demasiado, y tenemos que mitigarlo actuando sobre un foco clave, la educación.

    Octavio Acosta García
    2º Bach B

    ResponderEliminar
  5. María De Felipe 4A7 de abril de 2016, 12:04

    Respecto a lo tratado en el texto anterior, y teniendo en cuenta mi pasión por la Semana Santa y en especial el mundo del costalero, considero que esas prohibiciones impuestas por la Iglesia hacia las mujeres, aunque hayan avanzado en algunos aspectos, resulta en nuestros tiempos un poco anticuadas.
    Por una parte estoy de acuerdo con que la mujer no salga de costalera, en primer lugar, por su constitución física, ya que no estaríamos preparadas para soportar 45 Kilos sobre nuestra espalda, y en segundo lugar, resultaría extraño y sobre todo, en la Semana Santa sevillana, tan conservadora, ver a una mujer costalera, ya que se ha echo una costumbre desde siempre que el puesto de costalero sea para los hombres.
    Pero también pienso que esas prohibiciones sobre la colaboración y participación de la mujer en las hermandades han sido absurdas, ya que exceptuando el tema costalero, una mujer tiene la capacidad para cualquier otro puesto.

    ResponderEliminar
  6. Tras leer esta entrada de María Barajola,me he dado cuenta que es un tema que no me había planteado y que me ha hecho reflexionar.Lo primero que me ha impactado es saber que ha sido hasta el año 2011 cuando todas las hermandades de Sevilla permitían la presencia de mujeres en las procesiones,las hermanas de las distintas hermandades llevaban exigiéndolo bastante tiempo (desde los años 70) pero no es hasta 1987 cuando una hermandad,Vera-Cruz permite procesionar a las mujeres.
    Históricamente la religión ha sido "cosa de hombres"si no contamos a las monjas,las mujeres solo tienen permitido ser feligresas pero ni tienen poder de decisión ni por supuesto ocupará nunca un puesto de poder,es más,es que a día de hoy la iglesia considera a la mujer un ser inferior al hombre (no olvidemos que la mujer nace de la costilla de un hombre),y aún se la considera causa de perdición para el hombre.
    Respecto a los pequeños detalles como el uso de ciertas frases machistas para animar a las cuadrillas de costaleros, son en realidad importantes porque si no cambia la base nada cambiará,por ejemplo,el hecho de que no haya ni una sola cuadrilla de costaleras en Sevilla resulta raro ya que como se ha demostrado en el municipio de la Campana están en contra de los que afirman los hombres.
    Yo ni entiendo ni pertenezco al mundo cofrade,pero si sou mujer,y si yo fuese de alguna hermandad no dejaría de luchar porque las cosas cambiasen y hay muchísimas mujeres dentro de las hermandades,creo que si se organizasen las cosas podrían cambiar mucho.
    Marina Taboada Moya 2ºD

    ResponderEliminar
  7. Según Dios, Jesús, todos somos iguales,y después nos encontramos con estas cosas. Además de que este espectáculo sea religioso,también es cultural,así que somos nosotros lo que seguimos adelante con una tradición machista,pero está poco a poco desapareciendo y me gustaría pensar que la introducción de la mujer en la semana santa sea porque la sociedad realmente se esté haciendo más abierta y no sea por motivos económicos o simplemente porque sea políticamente incorrecto dejar participar a las mujeres participar en la semana santa.

    Es cierto que biológicamente el hombre es más fuerte, pero seguro que hay pasos que por su tamaño y peso son capaces de ser sacados por cuadrillas de mujeres como ocurre en muchas procesiones de distintos puntos de España.

    Fernando Jesús Pérez Martín 4ºA

    ResponderEliminar
  8. Miguel Ángel Campos Rodríguez11 de abril de 2016, 13:58

    Hace unas 2 semanas aproximadamente a finalizado la Semana Santa, donde días antes en las iglesias de nuestra ciudad se preparaba todo para los actos que se avecinaban, y con trabajo, las numerosas personas que pertenecen a las diferentes hermandades y cofradías empezaban los preparativos para dar comienzo a esta gran semana, como lo llevan haciendo desde hace décadas cumpliendo así con una tradición que llevan impregnada en sus venas.

    Sé que las tradiciones que acompañan a la Semana Santa dependen del lugar en el que esta se celebre. En cada sitio, en cada pueblo, en cada comunidad autónoma, esta fiesta tiene unas características propias, aunque en todas esta es una oportunidad para que el creyente pueda dedicar estos días a la oración, a la búsqueda interior, al arrepentimiento y a la reflexión de nuestro día a día.

    En los días próximos a la Pascua, he tenido la oportunidad de asistir a varios actos organizados por las Juntas de mis Hermandades y Cofradías de San Esteban como de Los Servitas y en todos ellos ha habido un tema destacado: el papel de la mujer en la Semana Santa. Por ejemplo, durante la conferencia del hermano mayor Carlos Morales sobre la actual SIC, descubrí que en su momento hubo mujeres "emparedadas", una muestra del dolor y el sufrimiento de muchas de esas mujeres a lo largo de los años. También me llamó la atención la conferencia de Bernardo Lozano (uno de los miembros de la junta de gobierno de mi hermandad del sábado santo) donde mencionaba el procedimiento por el que las mujeres lograron formar parte de una cofradía o hermandad, además se ponía en valor el importante papel que a lo largo de los años han desempeñado tanto en la Semana Santa como en la propia Iglesia las mujeres.

    Si hay una conclusión para todas esas jornadas, es que, hoy por hoy, es imposible entender la Semana Santa sin la presencia de la mujer, ya que la religiosidad no va unida al género.

    Queda mucho por avanzar y por reflexionar, pero entendiendo que la mujer debe estar presente en todos los ámbitos y debe ser norma estatutaria, no un obstáculo, pues la presencia de la mujer nos enriquece como sociedad.

    Dar las gracias a mi padre que me ha ayudado a enriquecer ciertos fragmentos del comentario, es un grandísimo cofrade.

    Miguel Ángel Campos Rodríguez, 1º BTO A.

    ResponderEliminar
  9. El papel del hombre en la semana santa está mucho más reconocido que el de la mujer. Cuesta creerlo, pero es así. Solamente hay que ver los papeles desempeñados por los hombres y las tareas que desempeñan las mujeres en el mundo cofrade. En 17 años no he visto todavía una mujer que dirija una cuadrilla de costaleros, y menos aún, que vaya debajo del paso. Y digo yo. ¿Acaso no están capacitadas para ello? Pues sí, lo están, el problema viene cuando la mentalidad de los que piensan que no son capaces no ha evolucionado a la misma vez que la sociedad. Parece que se quedaron en aquellos tiempos en los que la mujer no tenia cabida en una hermandad, en los que se le prohibía realizar su estación de penitencia. Por suerte, esto va cambiando. Pero no lo suficiente. Por cualidades físicas, una mujer puede estar debajo de las trabajaderas y hacerlo tan bien como un hombre. Si bien es cierto que muchas mujeres, eso de meterse debajo de un paso con lo que pesa y lo mal que huele no les va mucho. Digamos que han sido los hombres (por tradición) los que han desempeñado esta función, los que con coraje y oficio han logrado sacar por las calles de Sevilla a su cristo y su virgen de sus amores. Pero, porque los hombres hayan tenido esa fama a lo largo de la historia, no se le puede prohibir a una mujer que lo haga. Si puede ¿por qué no? Desde mi experiencia o desde las mujeres que conozco, la mayoría por no decir todas me han expresado sus pocas ganas de meterse ahí abajo, donde se suda, donde huele mal. Pero porque no conozca a ninguna, no significa que muchas otras estén deseando de hacerlo. Lo mismo hay centenares de mujeres esperando poder tener una oportunidad que les haga disfrutar igual que puede disfrutar un hombre, que puedan vivir la experiencia de llevar un paso por la ciudad o que puedan expresar su devoción a través del esfuerzo y tesón que hay que tener para poder hacerlo.

    No se trata de ser hombre o mujer, se trata de poder hacerlo. O aún más, de querer. En este caso la fuerza es un factor importante sí, hasta ahí estamos de acuerdo, pero cuando hay ganas y sentimiento tiras de lo que sea “pa ir de frente con él”. Pero eso parece que todavía no ha llegado a la Iglesia, o a las hermandades que puedan hacer posible esto, que piensan que el hombre es el único capaz de conseguir levantar esos altos pesos, que es el único que puede llevar a su cristo con arte y corazón. Y ya les digo yo que no. Que una mujer puede hacerlo igualmente. Mientras haya ganas, ilusión y sentimiento, todo es posible, y esto, también lo es. Cambiemos los pensamientos antiguos, aquellos que no nos dejan evolucionar hacia un mundo mejor, hacia un mundo más igualitario y hacia un mundo en el que tanto hombres como mujeres puedan disfrutar de las mismas oportunidades.

    Alberto Reina Madueño, 1º Bach A

    ResponderEliminar