25 de noviembre de 2016

Cadena o silencio

Somos más. Contra los insultos, las agresiones, el acoso, el menosprecio, la bofetada y el asesinato. Somos muchos y muchas más a favor del diálogo, las relaciones entre iguales, el respeto y la libertad. No vamos a dejar de luchar contra el horror que sufren millones de mujeres en el mundo. Violaciones, matrimonios forzosos, trata de mujeres y niñas, feminicidios, víolencia de género, asesinatos por "honor", mutilación genital femenina... No vamos a cansarnos porque somos muchísimos y muchísimas más. Usaremos las únicas armas que tenemos. La educación y la palabra. Es fácil rendirse porque es muy cansado y además hay demasiada gente interesada en que lo hagamos y creen, aunque no es verdad, que son la mayoría. Pero no. Somos más y quien lo dude, que empiece a contar. Cada persona que lucha contra la injusticia vale más que cien, que mil personajes patéticos que siguen insistiendo en que estamos locos y locas quienes pretendemos la igualdad. Probablemente tengan razón. Estamos locos. Y muy locas.
Así que formando una cadena o gritando con un silencio que aplaste, este gris 25 de noviembre el Juan de Mairena va a repetirlo una vez más. Contra el machismo somos MÁS.

1 comentario:

  1. Hoy en día cuestiones como el racismo, las elecciones de EEUU o los refugiados están a la orden del día. Todos nos centramos en intentar poner nuestro granito de arena para luchar contra las injusticias entorno a estas cuestiones. Pero hay una, en mi opinión la más cercana, como la del pasado viernes que dejan su huella, la violencia de género.

    Entendemos tal y como hemos leído, la violencia de género en tres sentidos diferentes: por un lado, es un mecanismo de control de los hombres hacia las mujeres, por otro, representa un continuo en el tiempo siendo el extremo de conductas que se consideran normales y no lo son, por último, desgraciadamente sigue existiendo una gran tolerancia hacia la misma.

    Por ello, contemplamos la idea de que finalmente, somos más los que estamos en contra de la violencia machista. Más, los que podemos luchar contra esta injusticia, los que tenemos voz para denunciar crímenes como la trata de mujeres y niñas, los matrimonios forzosos, o incluso actos imperdonables como las violaciones.

    Nuestras más poderosas armas: la educación y la palabra. Tal y como hemos podido leer en el texto, cada persona con voz y voto predispuesta a luchar por esta causa, valen más que mil personas sin conciencia alguna sobre el problema. Y aquellos miles de personas sin conciencia, que nos tachan de locos por querer llegar a esta igualdad, no tienen cabida en nuestra sociedad.

    Todos debemos recordar que las palabras son nuestra principal fuente inagotable de magia, con ellas algún día no muy lejano terminaremos con este problema que azota a nuestra sociedad.
    Contra la violencia de género, NOSOTROS, somos más.

    Alejandro Rodríguez Hoyos, 2º BACH B

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