29 de octubre de 2017

Qué hacer cuando crees que no puedes hacer nada

Estoy tumbada en la cama cuando debería estar practicando con los pasteles.
Voy saltando de red social a red social.
Me aburre lo que veo.
Entro en Twitter.
Leo unos comentarios de una chica racializada en los que cuenta que su prima de 7 años le ha dicho que quiere ser blanca porque se meten con su color de piel y sus rasgos en la escuela.
Hago capturas de pantalla y las publico en otras redes sociales, y difundo porque siento la necesidad de que la gente que me sigue sea consciente de esto. Aunque no puedan hacer nada. Aunque ellos crean que no pueden hacer nada.

A veces tengo la sensación de que saturo a mis seguidores en redes sociales, o a mis familiares a los que les mando estas cosas. Pienso que a nadie le importan estos temas como me importan a mí.

La gente entra en redes sociales porque quiere despejarse, ver fotos bonitas, vidas perfectas, ropa genial.
Eso está bien. Quiero decir, todo el mundo merece olvidarse de sus preocupaciones por unos minutos (o unas horas), y hay quienes deciden gastar este tiempo en leer un tweet, leer un libro o leer las etiquetas de los champús. Cualquier cosa está bien.
Entonces pienso esto y me come la culpa de estar arruinando momentos de tranquilidad poniendo mensajes que puede que corten totalmente el rollo a estas personas.
Así que, para calmar mi culpa, pongo un mensaje recordando que esta es mi cuenta y que voy a subir a ella lo que considere oportuno, y que pueden dejar de seguirme si no les interesa.

Pero entonces caigo en otra cosa: yo podría haber ignorado a esa chica en Twitter y haber seguido con mi vida. Nada habría cambiado. El racismo no me afecta en absoluto, puesto que soy blanca.
Cuando subo algo en contra del racismo o visibilizándolo, apoyando el feminismo y al colectivo LGBT, concienciando sobre las enfermedades mentales o sobre las desigualdades hacia personas con discapacidades... no pretendo echarme flores. No quiero que la gente crea que me siento superior por interesarme en estos temas. Me interesan, sin más.

Pero podría vivir ignorando la mayoría de estas cosas

Cuando una persona tiene la posibilidad de ignorar un problema social es porque tiene la suerte de no sufrirlo, de tener privilegios. Y en este caso, no tenemos más remedio que escuchar, leer, entender, reflexionar y difundir.
Puedo respetar su espacio, donde ellas tienen voz, y mostrarles mi apoyo. Puedo explicar cosas básicas de su lucha aunque no sea la mía, pero siempre sin quitarles a ellas su voz, siempre acudiendo a ellas para dudas, siempre informándome más y más, porque siempre hay cosas que aprender, errores que rectificar, conceptos que pulir.

A muchos les parecerá poca cosa, pero desde luego haces menos si, tumbada en la cama en lugar de hacer lo que deberías hacer, pasas de esos tuits, pasas del tema en cuestión y pasas tu vida viendo fotos de un mundo perfecto.

Hay mucho que cambiar.

Conchi Tabares Fernández, colaboradora del grupo Aequitas 25

3 comentarios:

  1. Bueno, yo también tengo esta sensación... pero si alguien lo lee y se sensibiliza ha dado su fruto y si encima lee esta reflexión, no le queda más remedio que actuar.
    Espero que haya mucha gente que os siga y que se levante en un autobús al ver una persona con discapacidad, que ofrezca una sonrisa a una persona de color y que valore no solo la belleza sino las capacidades de las personas.
    Buena reflexión, la comparto.

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  2. ...siempre se puede hacer...gracias por ser como sois...por este blog,por vuestras reflexiones,por cambiar el mundo solo ya por cómo sois,reflexionáis y actuàis...buena labor..me encantará seguir leyendoos,y q me sigàis haciend pensar y animand a actuar y cambiar...

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  3. Yo no estoy tumbada en la cama, pero estoy sentada en la silla de mi escritorio, intentando estudiar para las recuperaciones que se vienen ahora. Paro y me centro en mirar las redes sociales, que indirectamente me están quitando tiempo de estudio. Cada vez que entro en Instagram siempre veo una "historia" de las cuales o son con textos y mensajes de agobio o historias de gente yéndose de fiesta.
    Me gustaría destacar que la sociedad de hoy en día vive por y para las redes sociales. No nos damos cuenta de que nos quitan tiempo en todos los sentidos, tanto con la familia, estudios, etc. Y también complican nuestra comunicación con otras personas, ya que se pueden malentender algunos comentarios. Destacaría la forma en la que las redes sociales, y en este caso, Instagram nos ciegan, vivimos enganchados a ellas la mayor parte del día, pero no nos damos cuenta. Por eso las nuevas tecnologías, redes sociales, etc. son muy peligrosas y además enganchan, siendo así nosotros marionetas de ellas y siendo ellas la nueva droga del siglo XXI.

    Paula Cano Carrasco 2ºBTO A

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