Hay que ver "Sufragistas"

Cuando nací, mi madre no tenía derecho a votar. Realmente no tenía derecho a casi nada como cualquier otra mujer en la España franquista. Pero cuando alcancé la mayoría de edad ya hacía unos años que las mujeres habían recuperado ese derecho (sin restricciones), alcanzado durante la II República y perdido durante la dictadura. Recuerdo el coraje que me dio no poder participar en las elecciones del 82 porque me faltaban apenas quince días para tener 18 años. Me estrené con unas elecciones que en su momento me parecieron anodinas. Desde ese momento no he dejado de votar salvo en una ocasión. Y aún tengo remordimientos.Porque me eduqué en la idea de que votar era un derecho... y una obligación. Tenía demasiado cerca la sombra de una España negra como para no valorarlo así.
Ayer vi la película Sufragistas. Es excelente. Pasé un mal rato. Me costó aguantar el tipo. Mi buen amigo Germán dice que la rabia no resuelve nada y probablemente tenga razón. Pero tragarse la rabia hace daño y normalmente no me la trago. Y por eso grito y protesto y lloro. La rabia se me instaló en el pecho durante toda la película y continuó después y revive si lo pienso. Por comprobar una vez más que la historia de las mujeres es una historia de lucha y dolor. Que jamás nos han regalado nada. Que todos nuestros derechos han sido logrados a costa del sufrimiento de muchas heroínas silenciadas y a duras penas reconocidas. 
Ha tenido que transcurrir casi un siglo para que se hiciera una película que se centrara en el movimiento sufragista inglés. A la Historia le ha interesado más destacar la división del movimiento o los encontronazos con otros partidos que recalcar el papel que realmente merece. Al fin y al cabo, la Historia está escrita por hombres y esto es un asunto de mujeres.
En la película se puede ver el desprecio con que fueron tratados las sufragistas; el trato que recibieron en las cárceles; la utilización por parte de la policía de los maridos como elementos represores; la soledad a la que muchas se enfrentaron. Cuando el inspector le pregunta a Maud para qué quiere el voto, ella responde, con rabia y dolor, que necesita que alguien defienda entre otras cosas su derecho a cuidar de su hijo. 
Creo que todos, hombres y mujeres, debemos ver Sufragistas. Y cuando el panorama político nos desaliente y nos entre la tentación de no votar porque las opciones son lo malo o lo peor, miremos hacia atrás y recordemos que podemos votar porque miles de mujeres se dejaron la piel para que sus hijas heredasen un mundo mas justo y equitativo.
Debemos recoger el testigo que nos dejaron esas mujeres. Porque hemos conseguido mucho pero queda mucho por alcanzar. Y lo que queda no nos lo va a regalar nadie.