23 de febrero de 2016

Entre mujeres

A menudo escuchamos, e incluso decimos, que las mujeres tendemos a mirar con recelo a las otras mujeres; que nos picamos con facilidad, que competimos por lo que sea con reglas no muy aceptables en más de una ocasión; que nos tiramos "puyitas" a la mínima... Y otras flores por el estilo. En definitiva, como grupo somos muchos más crueles con nosotras mismas que los hombres. Reconocemos, a veces, echar de menos el buen rollo y el compadreo habitual entre nuestros queridos compañeros y colegas varones. Yo he declarado en muchas ocasiones que es más fácil dar clases donde los chicos son mayoría. Encima con la típica explicación, un poco sobadita ya: que si son mas "noblotes", fáciles de manejar, blablabla. Confiteor. Mea culpa.
Las cosas son mucho más complicadas. No está en nuestros genes esa especie de competencia desleal que nos traemos entre mujeres. Cuando en el hospital los bebés comparten el nido, las niñas no les quitan el chupete a las de su sexo ni intentan tirarse de la cuna para saltarle el ojo a la bebé hembra vecina...
Se trata de una cuestión mucho más complicada que no puedo analizar en una entrada que no pretendo que os agote. Todos y todas somos fruto de una sociedad patriarcal. Las mujeres hemos tenido que avanzar, a veces a codazos. Nos han enseñado, por supuesto con mucha sutileza, que la enemiga es la otra. Desde todas partes: películas, anuncios, educación... No convenía al sistema que las mujeres estuviéramos unidas. Hay una amplia bibliografía que demuestra con más precisión y empirismo lo que yo aquí comento con tanta ligereza.
Se acerca el Día de la Mujer, momento de destacar los logros de las mujeres; de recordar y ensalzar las metas alcanzadas en nuestro camino hacia la igualdad; y de plantear nuevos retos.
El que yo planteo aquí y ahora es luchar contra esa tendencia que, insisto, no es genética. Menos competencia y más colaboración. Menos recelo y más confianza. Menos cuchicheos y más palabras transparentes. Amistad, confianza. fidelidad, apoyo, reconocimiento... Lo que propongo no es nuevo. Tiene un hermoso nombre, sororidad (del latín sor 'hermana'). La idea la explica mucho mejor Marcela Lagarde, feminista y antropóloga mexicana. Puedes ampliar la información aquí
No se trata, ni mucho menos de prescindir de los hombres en el camino hacia la igualdad. Esta lucha es común y necesaria. Pero avanzaremos mejor y más deprisa si dejamos de despedazarnos ¿Cómo?: acércate a la mujer que tengas al lado mirando a la persona que es; trátala como compañera, colega, amiga; piensa en lo que nos une y no en lo que nos separa. Y tengamos claro que nuestro muro no son los hombres. No. Son los hombres machistas.

8 comentarios:

  1. La reflexión que nos propone Leonor,como ella misma reconoce,no es algo bueno,al contrario,es tan normal que la veamos a diario.Desde niñas nos han enseñado a competir por todo,incluso por los hombres y esta competencia se hace más evidente en el sexo femenino.Eso es un hecho,creo también que esta realidad no tiene que ver con la genética,es decir,no hay nada en el ADN de la mujer que la haga competir con otras,entonces pienso que es la sociedad la que se ha encargado de poner en nosotras esa actitud y me pregunto porqué...Es también evidente que el hombre ha dominado la sociedad a través de la historia y ha sido el primer interesado en que las mujeres estuviesen en desacuerdo las unas con las otras,pero la historia ha demostrado que cuando las mujeres se unen para un mismo objetivo normalmente lo logran (las sufragistas inglesas).Si esto es así lo lógico sería que el sexo femenino en lugar de competir entre sí mismo se uniese para lograr aquello que desee alcanzar como es la igualdad a todos los niveles,derechos,salarios...A esta actitud es a la que hace referencia la antropóloga mexicana Marcela Lagarde con su concepto de sororidad,palabra extraña que viene a significar en palabras de la autora "amistad entre mujeres diferentes...que se proponen trabajar,crear y convencer que se encuentran y reconocen en el feminismo".Aunque el término nos resulte raro por desconocido la actitud a la que se refiere creo que debe ser la que tenga cualquier mujer porque no se trata de ser solidaria con otras mujeres,así las cosas continuarían igual,hay que ser hermanas de otras mujeres,de tal modo que todas luchemos por lo mismo.Esta postura no significa menospreciar a los hombres,más bien se trata de "imitar" su manera de relacionarse pero sin llevarlo al extremo de excluirlos como si han hecho ellos a lo largo de la historia.

    Marina Taboada Moya 2ºD

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  2. Esta reflexión sobre la desigualdad de la relación entre mujeres o entre hombres es tan cierta como triste. Desde siempre a las mujeres les ha costado mucho estudiar o trabajar en tareas de las que se "encargan" los hombres, o por mucho que lo intentarán no lo han conseguido. También hay una gran mayoría de ellas que lo tenían tan asumido que ni siquiera lo intentaron, pero hay que darle las gracias a aquellas valientes que desde hace tantísimos años han luchado por acabar con la desigualdad, y poco a poco han aportado un gran granito de arena a esta sociedad, en la que a día de hoy en comparación con años atrás ha sufrido un gran cambio respecto al tema. Aun así no está todo hecho, hay que seguir luchando y avanzando para acabar con los machistas y la idea de que la mujer "sólo sirve para limpiar y cuidar de los niños".
    A pesar de este avance aún seguimos escuchando día tras día comentarios machistas, que muchos de ellos no creo que vayan a maldad, que a lo mejor son míseras bromas, o que ya está tan asumido y enseñado en nuestra sociedad que ni si quiera nos paramos a pensarlo, pensar un por qué de esos comentarios, por qué tienen que ser así y no al revés. Esto nos lleva a los comentarios que esta reflexión presenta, como que sentimos celos de otras mujeres, nos picamos con facilidad, criticamos a las demás... Todo esto está enseñado, no nacemos con esas "cualidades", si somos así es porque nos lo han pedido a gritos, el tener que competir con la que tenemos al lado, tengo que ser más guapa que ella, más lista, vestir mejor, tener un novio más guapo que el suyo... También nos molesta más las cosas que a los hombres porque ellos pueden decir y hacer lo que quieran, sin embargo nosotras no, y si hacemos o decimos algo no queremos que salga a la luz, y si sale... ¿De verdad creen que nos gusta todo esto? ¿Que queremos esta competitividad constante ? ¿Y qué no preferimos el poder mirar a otra mujer sin comentar absolutamente nada malo de ella? No creo que todo esto cambie de la noche a la mañana, que al igual que poco a poco la idea de para lo que sólo sirve la mujer ha ido disminuyendo, hay que seguir luchando para que esa idea, que es cierta, porque es cierto que las mujeres somos más criticonas y sensibles a lo que nos digan, pero ya que no es algo que llevemos en los genes y esté en nuestra naturaleza, también trabajando en ello podremos un día poder estar con un grupo de mujeres sin que alguien diga "que peligro un grupo solo de mujere, haber como acaban..."

    Belén López-Pozas Gómez 1A

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  4. Ana Virosta Vela, 1 BACH A8 de marzo de 2016, 10:43

    Este texto que nos expone Leonor, muestra un problema muy latente en la sociedad actual. La rivalidad entre mujeres se lleva a cabo desde una edad muy temprana hasta que somos mayores. Pienso que no es un problema de genética sino de influencias sociales. Nos "destruimos" entre nosotras mismas, criticándonos y pensando siempre que la culpa es de la vecina. Debemos hacer una auto reflexión para cambiar esta situación. En muchos aspectos debemos de aprender de las relaciones que desarrollan los hombres entre ellos mismos.
    Si todas nos uniésemos y luchásemos con el mismo objetivo conseguiríamos mucho mas, pero desgraciadamente solo miramos por nuestro propio bien.
    En mi opinión, el hombre machista no existe por si solo, en la mayoría de los casos es la mujer la que consiente estos comportamientos, increíble en los tiempos que estamos que siga existiendo esta esclavitud.

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  5. Los días pasan y pasan, y cada día es más evidente que esta sociedad se va quedando un poco atrasada en algunos aspectos. Siempre le echamos la culpa a lo que nos inculca la sociedad, a los roles que han inventado, porque no hacen otra cosa que inventarlos, por su conveniencia. Por mucho que culpemos y culpemos no veo que hagamos nada en contra, que nos reivindiquemos, mucho quejarnos pero poco actuar. Esto a fin de cuantas no nos conduce a nada más que lamentarnos por vivir en un mundo donde todo no es como esperamos y deseamos.

    Nosotras las mujeres somos ese género que fácilmente compartimos amistad con quien se nos cruza por delante, que no tenemos el más mínimo pudor en contar intimidades a mujeres desconocidas. Sin embargo tenemos nuestros contras. Ese tema que queda tan escondidillo y agazapado entre comentarios y comentarios. Esa competitividad y rivalidad que hemos originado de mujer a mujer. Tal vez tenga su parte positiva, ya que puede ser un incidente para poder llegar a conseguir nuestros sueños. Aunque posiblemente haya más parte negativa que positiva.
    Muy a menudo nos comparamos unas con otras, nos exigimos mucho mutuamente, sin razón y sin el porque, opinamos y criticamos estupideces que otro cualquiera ni se percata, buscamos cualquier defecto para atacar. En muchos casos no actuamos de la misma manera delante de amigos que de amigas, porque por alguna razón hemos causado esa sensación de intimidad, de inseguridad por lo que podrán decir u opinar. No queremos que nos superen, somos muy egoístas en ese aspecto.
    Pero, ¿por qué no nos aceptamos tal y como somos? ¿por qué no nos unimos más, sacando provecho de esa amistad? Nos falta más nobleza, confianza, amistad, escucharnos, entendernos, empatía, y menos cuchicheos y críticas.

    Yo, por ser niña, he sido tan culpable como víctima de este problema social, posiblemente esté tan acostumbrada que a veces lo haga insconscientemente, que a veces lo pase por alto, sin darle la más mínima importancia. Sin embargo creo que se le debería de dar un mínimo de valor, ya que es un claro ejemplo de los dilema que tenemos en la lista de superaciones, empecemos a intentar deshacernos de ellos, en vez de aceptarlos y callarnos.

    Sara Ruiz Gallardo 1ºBach A

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  6. Como bien aparece en el texto, estamos demasiado acostumbradas a ver estas situaciones día a día y ya es raro no verlas. Supongo que el problema está también en que vivimos en una sociedad sexista, en la que nos condicionan desde pequeños, donde nos enseñan que es lo "correcto", lo "normal" y por otra parte también a ser individualistas, a querer solo el bien propio y no preocuparnos por el ajeno, ni nada que no se centre en nuestro ombligo. Por suerte no he tenido esa educación y estoy muy orgullosa de tener como ejemplo de mujeres luchadoras a mi madre, mi tia y mi abuela. Son mujeres que han sido activistas, como mi madre, que han luchado por nuestros derechos y deberes. Mujeres que han sido sometidas durante años y que han sabido sacar la fuerza para hoy día poder seguir adelante con esta lucha contra el machismo y el maltrato de género, como mi tía. Mujeres con el poder de aguantar cualquier cosa que les venga y a pesar de estar casi hundidas, dan un impulso para salir a flote e incluso ayudan al resto aunque esten ellas peor, como mi abuela.
    Deberíamos de tener más en cuenta a esas mujeres que lo dan todo día a día por conseguir cambiar esta sociedad patriarcal y no a esas que salen en los shows televisivos, donde lo único que nos están enseñando es a ser simple, a conformarnos, a ser solo esa cara bonita o cuerpo (que raro que pongan a la mujer como objeto).
    Tenemos que unirnos, todas. Tomar conciencia y salir a la calle. Dar la cara y voz por muchas que no han podido y por las que ahora por miedo no pueden. Porque como dice Leonor: "nuestro muro no son los hombres. No. Son los hombres machistas".
    Rocío Pérez 2BTO D.

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  8. Estoy de acuerdo con usted, al vivir en una sociedad patriarcal las mujeres hemos tenido que luchar por nuestros derechos, por trabajar, por nuestra igualdad,etc. En definitiva siempre hemos tenido que luchar para conseguir algo que queríamos y que para para la sociedad cambiara. Pero, aun hay muchas cosas que no han cambiado y que vemos día a día en nuestro alrededor.

    Yo siempre me pregunto que porque hay que salir a la calle guapa y para que me miren como una mujer “decente” tengo que ir arreglada con una blusa, unos vaqueros (esos que vi a una modelo), hacerme la raya con el airline,echarme los coloretes, el rime, la sombra de ojos, pintarme los labios; pero no te olvides de ir mas guapa que la amiga del chico que te gusta, para que ese chico te mire mas a ti que a ella. No te olvides de que si mides menos de 1'60 tienes que pesar como mucho 50 kg y si pesas mas ya estas gorda, que los muslos no sean tan gordos, un culo sin celulitis, ir al gimnasio para adelgazar , para que tu cuerpo sea perfecto. Pero, ¿ No somos guapas tal y como somos? ¿Porque tenemos que competir por estar mejor que tu amiga? ¿ Importa mas el físico que la personalidad?En definitiva parte de la sociedad cree que para ser un mujer “decente” tienes que tener todas estas cualidades.

    Por esto y por mas cosas mucho mas importante sigue habiendo casos de machismo, tenemos que seguir luchando por la igualdad, para ver que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos, sobre todo que esos comentarios machistas que oímos por la calle, ya no se digan más. El trabajo de todas aquellas mujeres que lucharon para un mundo mejor, no se puede quedar en vano, tenemos que luchar o aportar tu granito de arena, para que en un futuro esto sea historia.

    Elena Continente Alvarez 4ºC

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