26 de octubre de 2017

Misses: que no pare el espectáculo

Viene de lejos. Hace  más de cuatro décadas, en los años setenta, ya hubo grupos feministas que protestaron contra el Concurso de Miss Mundo en el Albert Hall de Londres. A pesar de las muchas denuncias porque suponen un claro ejemplo de tratamiento de la mujer como objeto sexual, los concursos siguen celebrándose. Y promocionándose. Y defendiéndose. 
En la cultura del usar y tirar, convertir a la mujer en una cosa que tiene un "valor" es muy peligroso. Porque en este tipo de eventos cutres y propiciadores del babeo, no se establecen méritos en función de la capacidad, trayectoria académica o profesional, talento o habilidad de las mujeres. Se trata de pasearse, mostrarse y sonreír. Bueno, se me olvidaba: últimamente se han introducido "pruebas" tipo preguntas (de un interés impresionante) que consiguen demostrarnos que esos objetos bellos que se pasean en bañador o en trajes de purpurina HABLAN. Las mujeres hablan. Vaya...
Machismo mata, señores y señores. Parece que se les olvida el número de mujeres víctima de violencia machista que acumulamos. Exagerada, pensará más de un lector o lectora. NO. Cualquier acto que perpetúe la imagen de la mujer como un objeto está en la base de una sociedad que potencia la discriminación y favorece el acoso. Machismo mata. No es una serie de ciencia ficción. Es una realidad. Nos paseamos por la calle, con cuidado eso sí, y tenemos que estar pendientes de cómo nos vestimos, cómo nos movemos, cómo nos relacionamos, con quién hablamos. No provoquemos... Pero eso es lo que hace una mujer en una pasarela de un concurso rancio como este: provocar, seducir para ganar un premio que les resolverá la vida. O no. Machismo mata. Y no me digan que también hay concurso de Míster, por favor. Y no me digan que las mujeres se presentan voluntariamente... Cansa repetir los mismos argumentos. 
Esto no es una entrada contra la belleza. Es una crítica, espero que suene suficientemente feroz porque es lo que pretendo, de los concursos de misses. No te presentes si tienes más de una 36, si tienes pocas tetas o más celulitis de la que se pueda disimular con unas medias. No lo intentes si has elegido ir por la vida con un "look" diferente. No se te ocurra ni aparecer si tu dentadura no es perfecta, como si fueras un caballo. Gordas, absténganse. Huesudas, out. Discapacitadas... sin comentarios. Maduritas, a quién se le ocurre...Si no entras en el patrón, vete a dar una vuelta, chatina. Queremos objetos sexuales. Que hablen, pero poco.
Lo que duele es tenerlo tan cerca. No parece creíble que aquí, justo al ladito, se vaya a celebrar un concurso de misses el próximo domingo en el Teatro Municipal de Mairena del Aljarafe.
Ajá.
Qué asco.

10 comentarios:

  1. Magnífica reflexión. Te felicito Leonor. Con tu permiso quisiera compartirlo en twitter

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  2. Brillante reflexión y absolutamente necesaria. La comparto en el blog de coeducación del IES Chaves Nogales y en Twitter. Gracias, Leonor

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    1. Encantada de conocerte, Marta, y muchas gracias por tu apoyo. Pasamos a seguirte. Espero que compartamos ideas y proyectos. Porque las metas comunes, están bien claras. Un saludo.

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  3. Es increíble que todavía valoren más la apariencia que la esencia y las capacidades de las mujeres. Todo movido por un fondo machista interesado que sigan las mismas pautas en esta sociedad que no toma conciencia de una vez.
    Debemos despertar las mujeres todas , sólo así nos daremos cuenta de nuestra valía y poder . Siempre desde el amor , el respeto y La Paz.

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  4. Más claro el agua. Hoy hay envoltura para todo pero esencia missing. Nos va mucho en ello, mujeres y hombres del siglo XXI.

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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    1. Un contacto, que sin duda, me enriquecerá. Un cordial saludo

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  6. "Mamá mamá, de mayor quiero ser como ella". ¿Cuántas niñas habrán dicho esta frase cuando una super modelo de Victoria's Secret aparecía en los televisiones de su casa, o cuando aparecen concursos de misses peleando por ser nombrada la más guapa? Como si la belleza es algo que se pudiera medir.
    Es triste, es triste ver cómo tantas jóvenes llevan su cuerpo al extremo para ganar un premio, un premio que podría costarle la vida. Son usadas como un objeto, un objeto sexualizado. Ah, pero que el dichoso concurso trae más consecuencias. Y sí, hablo de las miles de niñas y adolescentes que piensan que la felicidad y el cuerpo perfecto está en medir un metro ochenta y tener las tallas noventa-sesenta-noventa. Porque claro, si no cumples esos requisitos impuestos por unos cánones de belleza ridículos no eres nadie. Y no hablemos de la sexualización a la que están sometidas. Son expuestas al público como objeto de deseo, como si sólo sirvieran para estar de exposición enseñando su cuerpo como objeto de deseo. Inaceptable y muy despreciable, es lo que me parece este tipo de concursos.
    Sonaré repetitiva, pero es la verdad. La verdadera belleza está en el interior, y no está medida por requisitos absurdos.
    Paula Gómez Ramírez 2ºBTO A

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  7. Desde pequeñas nos enseñan tantas cosas... "Hay que arreglarse", "Hay que ponerse guapa", "Hay que maquillarse porque como vayas a cara lavada...", "Hay que ser una señorita", "Hay que comportarse como una mujer"... Que al fin y al cabo, es el resumen de lo que se capta en este tipo de concursos ¿Por qué? O mejor dicho, ¿Para quién?. En este momento (ni en ningún otro) no tengo ni necesidad ni obligación de satisfacer a nadie más que a mí misma. Creo que estos "hay que" llevan resonando en nuestras cabezas mucho tiempo más del que me gustaría. Y estoy cansada. Cansada de estar obligadas a tener que respetar esas reglas no escritas, cansada de que por ser mujer ya tenga que estar bella y perfecta todos los días de mi vida. Es más, no es que lo esté, es que lo soy. Soy bellísima todos los días de mi vida, cuando peleo por la igualdad, soy bellísima cada vez que consigo romper una barrera más, soy bellísima cada vez que llego un poco más alto. Yo sola, como mujer. Y esos logros no me lo dan ni mis pestañas, ni mi carmín, ni el largo de mi falda que, a propósito, no lo uso en proporción a las ganas que tenga de provocar a un hombre ese día. Y es que, ¿Acaso cuando nacemos venimos con "El manual para ser mujer" debajo del brazo? ¿Ese en el que pone que he venido a este mundo para estar a la sombra de un hombre, y para hacer todo cuanto quiera para satisfacerle a él y a sus necesidades? Para todos los que han escrito ese "manual", que supongo que serán los mismos que organizan este tipo de concursos para exhibirnos como objetos preciosos con la boca cerrada, siento comunicarles que muchas de nosotras ya hemos salido de la jaula, y próximamente también la quemaremos. Y por eso estamos aquí, luchando y peleando "a cara lavada" por lo que significa de verdad ser una mujer, y no lo que intentáis hacernos creer vosotros con vuestra mordaza invisible. Es el momento de escribir nuestra historia, la que de verdad queremos, y no la que piensan que queremos.Así que, la próxima vez que veas a una mujer con paso firme y seguro con la cara lavada, piensa que va bellísima maquillada de libertad.

    Ana Castro Hans 2°Bach A

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