Perdóname, víctima 41 por no dedicarte una entrada ni a ti ni a tu hijo, que no aparece en las estadísticas. No parecía que fueras una víctima de violencia machista, pero lo cierto es que estás muerta. Tú y tu hijo.
Perdóname, víctima 42 porque todavía eres una presunta víctima de un presunto asesino y solo puedo poner un presunto número 42.
Perdonadme las dos (o los tres) por limitarme a poner la noticia de vuestras muertes en twitter.
Que me perdonen las víctimas todas por haberles puesto solo un número.
Perdón a todas porque todas las palabras que os dedico me parecen solo estupideces que no contribuyen a que esta masacre pare de una vez.
Que me perdonen las víctimas futuras (porque desgraciadamente las habrá) porque no me siento capaz de seguir escribirndo entradas sobre vosotras, porque sé lo que siento pero no sé qué más decir.
Perdonadme, de verdad, por no haberme atrevido a llamar a los presuntos por lo que realmente son.
Lo único que puedo decir en mi defensa es que no me rindo y no me rendiré en la lucha contra este sinsentido del que habéis sido víctimas.
No puedo poner un ramillete de flores en cada una de vuestras tumbas. Solo os puedo ofrecer mi dolor.
Sí, realmente todo esto es triste, y estas son mis palabras, TRISTE, que es verdad que cada vez hay menos muertes por violencia de género, pero realmente, ¿esto es bueno? todos se alegran de que la cifra haya bajado, cuando en realidad deberían alegrarse porque no haya cifras que contar, cifras en la cuales, detrás de estas hay una mujer asesinada a la que convertimos en un triste número más (dicho de una forma algo bestia). Es increíble lo que tan sólo una persona puede hacerle a otra que se SUPONE que es el amor de su vida, que es la persona que lo daría todo por él, es más, que lo da todo por él, ya que el simple hecho de que después del primer insulto, el primer empujón e incluso la primera torta, ella se haya quedado callada, no haya hecho nada que pueda perjudicarle a él y sin embargo si es un acto que puede salvarla a ella, irónico, ¿verdad? Y todo esto se puede deber sencillamente por miedo (además de cómo he dicho anteriormente, por puro amor, amor ciego), pero eso es lo peor, quedarse en silencio cuando tu marido o pareja te maltrata. Ninguna mujer pertenece a ningún hombre, ella se merece mucho más, sino esos cretinos se creen que tienen la autoridad y lo peor es que si ellas se la dan, ellos se crecen. No pueden limitarse a rezar por tener suerte, en estos casos es “actúa o muere”.
ResponderEliminarPiénsalo, ¿de verdad quieres acabar siendo un triste número más?
Eva Parra López, 2ºBTO A