Un gobierno concede derechos, a veces, respaldado por una amplia mayoría que lo ha votado. Pero lo normal es que los avances en igualdad se hayan conseguido luchando, gritando, con manifestaciones y marchas; desgraciadamente con dolor.
No vamos a callarnos. No vamos a dejar que nos pongan una mano sucia en la boca porque nadie va a regalar a las mujeres los muchos derechos que nos faltan por conquistar. Porque es nuestra obligación con nuestros alumnos y alumnas, nuestros hijos e hijas, nuestros compañeros y compañeras. Porque jamás nos lo perdonaríamos.
El silencio, para la reflexión. Para la sumisión, jamás.