"La unión hace la fuerza."
Cuando camino sola por Sevilla dándole vueltas al último libro que me he leído, a un comentario de un profesor, a la riña que me va a dar mi madre porque se me ha olvidado hacer la cama... a menudo me cruzo con personas que, como yo, acuden a la ciudad por un poco de aire fresco (vaya ironía), o a hacer unas compras, o lo que sea. A menudo, esas personas son mujeres.
Desde hace un tiempo, y, si soy sincera, no sé por qué, cuando veo a una mujer se me pasa por la mente una frase: "cuando luchas, también lo haces por ella". Este hecho me frustra, porque me gusta entender las causas de mis acciones, pero a la vez hace que aparezca en mí una sensación extraña, como una gran responsabilidad; no de las que te ahogan, sino de las que te hacen sentirte importante.
A lo largo de nuestra vida, a las mujeres se nos enseña que la mayoría de las demás mujeres son enemigas. Desde que somos pequeñas y a medida que vamos creciendo, nos enseñan a tener envidia porque otras reciben más atención, rechazo hacia las que se comportan de forma diferente a nosotras. Hay algunas que generan una gran desaprobación hacia las mujeres que cumplen el rol de género de mujer impuesto por la sociedad (se maquilla, le gusta el rosa, es cursi a más no poder); pero también existe lo contrario: mujeres que repudian a chicas que visten "como machos" o "no se cuidan porque no van maquilladas".
La Historia nos ha enseñado que si la unión hace la fuerza, divide y vencerás.
Nuestra sociedad patriarcal ha jugado bien sus cartas para conseguir que las mujeres no nos hayamos podido mover antes: ha dividido a las mujeres. Nos han dividido.
Tú, mujer que lees esto, has criticado e incluso insultado alguna vez en nuestra vida a otra mujer por su físico, sus gustos, decisiones, forma de expresarse, al igual que yo. Hemos juzgado sin pensar en si lo hacíamos por nosotras mismas y desde nuestra visión del mundo, o influenciadas por la sociedad.
La sororidad consiste en un sentimiento de unión y alianza entre mujeres. En una situación de machismo, tenemos la responsabilidad de ayudar a nuestras compañeras, sea escuchándolas, defendiéndolas o dándoles voz. La sororidad hace que cuando te proclames feminista, seas consciente de que vas a luchar por los derechos de tu madre, tu tía, tu mejor amiga, tu maestra de Lengua. Pero también por los de esa mujer que tiene un cargo político importante (aunque no opinéis igual);`por esa autora que tuvo que usar un seudónimo con nombre de hombre para poder publicar su libro (para que no ocurra de nuevo); esa chica que no conoces y que acaba de decirle a sus padres que es una chica y no un chico, que la traten en femenino (porque tiene el derecho de ser ella misma); esa niña que corre tirando del brazo a su hermano para que se asome junto a ella a un escaparate a ver un juguete (porque ella debería crecer sin comentarios sobre con qué o con quién jugar).
Y también luchas por ti, por supuesto.
Con esto no quiero decir que a partir de ahora tengamos que estar de acuerdo con absolutamente todo lo que diga la chica que tienes al lado, pero sí hay que saber que existe una base que trata sobre el respeto de las diferencias de opinión pero siempre partiendo de la idea de que todas las mujeres somos válidas.
Conchi Tabares Fernández, colaboradora del grupo Aequitas25
Eres única, Conchi. Felicidades por ser como eres!!!! Besitos. Toñi.
ResponderEliminarTu penses beaucoup et bien! Bravo!
ResponderEliminarEnhorabuena campeona, me encanta😘😘😘
ResponderEliminarTras leer el texto anterior, como mujer que soy, quisiera decir que creo que es cierto que tanto antes como ahora las mujeres estamos constantemente enfrentadas unas con otras hasta quedarnos sin aliento, atacarnos y criticarnos hasta que ya no quedan más cosas que decir. A estas edades, es frecuente lidiar con situaciones complicadas, como machacar a la chica nueva o las numerosas trifulcas entre amigas por un chico...
ResponderEliminarEstas acciones, además de conseguir que nos infravaloren los hombres, consiguen que lo hagamos entre nosotras.
Por otra parte, decir que todo no acaba aquí ya que además de criticar, también somos muy falsas. Si os dais cuenta cuando una chica critica a otra, lo hace delante de su grupo de amigas sin que la otra chica esté presente, creyendo que está en un ambiente de confianza y seguro, pero luego individualmente esta chica no se atreve a decir nada y sus propias amigas la defraudan contándoselo todo a la chica que ha criticado.
Con lo cual, habría que parar a preguntarse porqué somos así. Si unidas luchamos mejor y con más fuerza a favor de una sociedad igualitaria. Pero la verdadera pregunta que hay que hacerse es si machacarnos tanto entre nosotras tiene alguna finalidad buena o algún beneficio. La respuesta a esta pregunta es un rotundo no, por más que pienso en ello, solo se me ocurren daños y perjuicios mutuos entre nosotras.
Mi conclusión a todo esto es que deberíamos unirnos como ya he dicho antes, formar una piña y así todo nos irá mucho mejor, nos será todo más llevadero y tendremos una vida más tranquila.
Julia Domínguez Miranda
2ºBTO A